- Celebración del Corpus Christi en la catedral compostelana
El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, presidió este domingo la celebración litúrgica del Corpus Christi en la catedral compostelana, una Eucaristía que congregó a numerosas personas. Por la mañana, monseñor Barrio había presidido la celebración en la ciudad de A Coruña. En su homilía, monseñor Barrio hizo una reflexión sobre el sentido profundo de la Eucaristía, sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo. El arzobispo indicó que “sin vida eucarística no puede haber sino apariencias de vida cristiana. Compartir el pan de la Eucaristía nos compromete a configurar la sociedad cumpliendo la ley de Dios reflejada en la ley natural y en la recta razón, que muestra al hombre el camino a seguir para obrar el bien y alcanzar su fin”.
“Queridos niños y niñas que hacéis la Primera Comunión”, dijo monseñor Barrio, “Jesús en la Eucaristía viene hoy a vuestro corazón. ¡Recordad siempre este día y el gozo con que venís a recibirlo por primera vez! Participad con frecuencia en la Eucaristía y agradeced esta presencia real y verdadera de Jesús visitándole en el sagrario.
Con una solemne celebración litúrgica la Iglesia en Santiago de Compostela celebró este domingo la solemnidad de Corpus Christi. La catedral compostelana fue el escenario de esta celebración, presidida por el arzobispo.
“La vida eucarística”, manifestó el arzobispo, “configura un estilo de vida que se manifiesta en la actitud de servicio, imitando a Jesús que lavó los pies a sus discípulos, se inclinó ante los heridos en el camino de la vida, escuchó y curó física y espiritualmente a los enfermos. Esta actitud conlleva vivir la comunión frente a la exclusión, asumir la integración frente a la marginación, y comprometerse solidariamente con los descartados de nuestra sociedad”.
Al término de la Eucaristía el Santísimo Sacramento fue expuesto en la custodia realizada en el siglo XVI por Antonio de Arfe. Esta es una oportunidad única de contemplar el arte de este taller de orfebrería, ya que la custodia de la basílica compostelana es una de las mejores piezas de su tipo de toda la Península Ibérica. Se trata de una custodia monumental, destinada a exponer el Santísimo Sacramento, que fue encargada por el Cabildo compostelano en 1539, en tiempos del arzobispo Fonseca, al taller vallisoletano de los hermanos Juan y Antonio Arfe, artífices de otras custodias monumentales, entre las que destaca la de la catedral de Toledo. Los estudiosos opinan que la pieza compostelana sirvió de modelo para posteriores diseños.
Al acabar la procesión por el claustro de la catedral, el arzobispo impartió la bendición con el Santísimo.