El Señor ha bendecido nuestra parroquia con una nueva vocación al sacerdocio. Se trata de Juan Manuel Montenegro, un joven de 31 años, licenciado en Relaciones Laborales, que he decidido entregar su vida a Dios en el ministerio sacerdotal.
Nuestra comunidad vive esta nueva vocación con una gran alegría al comprobar que la Iglesia está viva y, entre sus muchos rostros, encontramos el de aquellos jóvenes de nuestra parroquia que dan un Sí rotundo a entregarse por completo a Dios y a los hombres. Seminaristas que son la imagen de la alegría del Evangelio.
Quizás sea demasiado pronto para hablar de primavera vocacional, pero todo el mundo coincide en señalar que el aumento de las vocaciones sacerdotales es motivo de esperanza. La mayoría de los nuevos seminaristas son, además, jóvenes, que rondan la treintena años. Entusiastas, alegres, que quieren seguir a Jesús y servir a su Iglesia. Como en aquella primera hora en el lago de Galilea, también hoy, 2.000 años después, Dios sigue llamando.
El Papa Francisco durante un encuentro con los seminaristas les decía: “Quería deciros una palabra, y la palabra era alegría. Siempre, donde están los consagrados, los seminaristas, las religiosas y los religiosos, los jóvenes, hay alegría, siempre hay alegría. Es la alegría de la lozanía, es la alegría de seguir a Cristo; la alegría que nos da el Espíritu Santo, no la alegría del mundo. ¡Hay alegría! Pero, ¿dónde nace la alegría? Nace… Pero, ¿el sábado por la noche volveré a casa e iré a bailar con mis antiguos compañeros? ¿De esto nace la alegría? ¿De un seminarista, por ejemplo? ¿No? ¿O sí?”
Damos gracias a Dios por la respuesta generosa de Juan Manuel a la llamada de Dios y por la de los otros jóvenes de nuestra parroquia que le han precedido -un sacerdote ordenado (Carlos) y dos seminaristas (Kike y Juan Manuel), un diácono permanente (Agustin)y una religiosa (María)- que en los últimos siete años. Sin duda la respuesta generosa de estos jóvenes es fruto de la oración de todos los feligreses por las vocaciones en las misas de cada día y jueves sacerdotales.
¡Gracias Juan Manuel! Cuenta siempre con nuestra oración. Animamos a otros jóvenes – y menos jóvenes- a que se animen a entregar su vida a Dios
Fuente: www.santaeulaliadelians.com