Orar juntos por la Unidad de su Iglesia

Cumpliendo la voluntad de Cristo Jesús, nos reunimos para orar juntos por la Unidad de su Iglesia y hacer creíble el Evangelio que anunciamos.

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristiano es preparada de manera conjunta, desde 1968, por Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos; la de 2023, tiene como lema: “Haz el bien; busca la justicia” (ver Isaías 1, 12-18).

La preocupación por la unidad de la Iglesia que existía en los agentes de pastoral y en los seminarios antes del Concilio Vaticano II, tenía como base la idea imperante por aquellos años de pedir la conversión de “los herejes” y “cismáticos” y su retorno a la Iglesia católica, que se identificaba históricamente como la única Iglesia de Cristo. Con esa finalidad, todos los años se hacía el Octavario de oración los días 18 al 25 de enero, fecha propuesta en 1908 por el Rvdo. Paul Wattson, episcopaliano de Norteamérica.

Esta consideración restrictiva comienza a superarse en la celebración del Concilio Vaticano II y por los documentos ecuménicos aprobados por el Concilio, con más lentitud en España.

En el Arzobispado de Santiago de Compostela se inicia públicamente con una Semana de oración y estudio sobre la Unidad de la Iglesia, celebrada los días 1 al 6 de junio de 1965, la semana anterior a Pentecostés, a iniciativa del cardenal arzobispo Don Fernando Quiroga Palacios por medio de su Exhortación Nuestra Semana de la Unidad en el Año Jubilar de la Unidad, que anima a los diocesanos a que participen en ella; coinciden en 1965 el Año Santo Compostelano y la clausura solemne del Vaticano II.

Los años sucesivos, se vitaliza el Octavario de oración por la unidad de todos los cristianos, como base del Ecumenismo espiritual, en las parroquias, comunidades y colegios; y se fomentan las Celebraciones ecuménicas, que en sí mismas manifiestan cierto grado de unidad entre los cristianos que oran juntos por la unidad que Cristo quiere para su Iglesia. Han sido muy bien acogidas por los creyentes; progresivamente, se ha incrementado la participación en las mismas de pastores, ministros y creyentes de otras Confesiones.

El texto bíblico elegido para esta Semana de Oración por la Unidad es del libro de Isaías 1, 12-18; su versículo 17 contiene el lema propuesto: Haz el bien; busca la justicia.

El profeta Isaías vive en una situación en la que “la injusticia, la inequidad y las desigualdades eran rampantes”, y trata de “despertar la conciencia del pueblo de Judea ante esta situación”.

Nuestra época está sufriendo situaciones extremas de injusticia, violencias y desigualdades mundiales; el Señor Jesús urge a todos una respuesta de amor y justicia que libere a los pueblos y personas, y que fomente la esperanza de un mundo más humano.

El Papa Francisco al recibir a los integrantes de la Delegación ecuménica de Finlandia (luteranos y católicos, ortodoxos y metodistas), les recordó el valor de sumergirse juntos “en las heridas de los necesitados… a ser testigos de la fe en Cristo…“En todo, reconozcamos cuán grande es la unidad que nos une y cuán importante es rezar juntos, trabajar asiduamente y dialogar intensamente para superar las divisiones y ser, según la voluntad del Señor, una cosa sola en la comunión trinitaria, para que el mundo crea”.

Debemos insistir y hacer más para que los cristianos asumamos el compromiso ecuménico como una dimensión fundamental del bautizado en Cristo, a realizar “en la vida cristiana diaria”; y avivar la inquietud ecuménica como un quehacer de toda la pastoral diocesana. Si la meta del quehacer ecuménico es la Unidad de la Iglesia, el camino es la oración.

El empeño por el restablecimiento de la unión corresponde a la Iglesia entera, afecta tanto a los fieles como a los pastores, a cada uno según su propio valor, ya en la vida cristiana diaria, ya en las investigaciones teológicas e históricas” (UR, 5).

Benito González Raposo.