La villa de Caldas ya Aparece en el Itinerario de Antonino del siglo III d.C. Forma parte de la comarca del Umia; de aquí arranca el Valle del Salnés, que extiende sus fértiles vegas hasta el mar. Encrucijada de caminos. Termas. Priscilianismo. La carretera N-550 a su paso… y peregrinos. Uno de ellos, según la tradición, habría sido el famoso Sto. Tomás Becket, dio origen a la única iglesia parroquial de Galicia dedicada al santo. En este día, los feligreses de Sto. Tomás Becket y de Santa María de Caldas, junto a su párroco J.C.Barral, se unen en oración por todos los diocesanos. Su comunión es fuerza para la Iglesia.
Algunos signos de vida parroquial en tiempo de coronavirus:
– El párroco celebra la Eucaristía a diario y visita a la comunidad de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, en una labor conjunta de preocupación y asistencia a los mayores.
– El equipo de Catequistas ha mantenido el contacto con las familias de los niños en preparación próxima para la Primera Comunión, facilitando los materiales formativos y de piedad oportunos.
– Los grupos de Adoración Nocturna y de la EDAP (la parroquia actúa como sede de la Escuela para la zona del arciprestazgo Umiense), se han mantenido pendientes de la comunicación entre sí y con las personas que han detectado más solas o con posibles dificultades.
– Cáritas parroquial: mantiene la atención primaria de 85 familias. La situación de la parroquia la convierte en lugar de paso; en 2019, la cifra de transeúntes que solicitaron ayuda fue de 72. Este colectivo ha desaparecido prácticamente con la alarma sanitaria en vigor, que impide los desplazamientos. De todos modos, los voluntarios parroquiales se han turnado para proteger a los de mayor edad y atender las emergencias con solvencia.