La parroquia de San Cristovo fue, en sus orígenes, una comunidad formada por las familias de los labradores que trabajaban las tierras de su contorno y las plantaciones de viñas que la circundaban. El avance de la ciudad la ha absorbido y modificado el perfil de sus feligreses, ahora ciudadanos de un barrio integrado en el casco urbano de A Coruña. Cuenta con un Centro Parroquial en la zona de El Birloque. San Luis Gonzaga tiene su emplazamiento en el barrio coruñés de Os Mallos. El templo, con su complejo parroquial, fue inaugurado en 1980, sobre un solar cedido por una familia donante. Hoy los feligreses de estas parroquias se unen en oración encomendando a todos los diocesanos. Su comunión es fuerza para la Iglesia.
Algunos signos de vida parroquial en tiempo de coronavirus:
– Los catequistas han mantenido el contacto con las familias cuyos hijos asisten a las preparaciones parroquiales. Especialmente intensas fueron las actividades de la Semana Santa (para vivirla en familia se enviaron materiales formativos y se confeccionó un video con todos los signos cristianos que implicaron a los chavales). El párroco, Manuel Rodríguez, elabora también sus propias reflexiones que luego se comparten con los feligreses. Acaba de retomarse la Revista parroquial que vuelve a repartirse. El proyecto de “5+1” para postcomunión también se desarrolla en la parroquia durante el curso pastoral. Este año habrá de suspenderse el habitual campamento parroquial en Valdoviño.
– Cáritas continúa con la atención primaria. Entre las dos parroquias, arropan a unas 100 familias. Su rápida capacidad de respuesta permite, de modo ocasional, abordar algún caso que le derivan los Asuntos Sociales del Concello, para que ese usuario pueda ser atendido antes de formalizar todos los trámites municipales pertinentes. Se atiende con cita previa para evitar las aglomeraciones. Siguen en funcionamiento los vales que se distribuyen para uso del Economato.
– Un interesante proyecto en la rectoral de San Cristovo: su uso para la reinserción de personas que han estado privadas de libertad. En “un paso adiante”, Cáritas y la Pastoral Penitenciaria Diocesana, junto con la parroquia, se han involucrado en el acompañamiento de las personas que “vuelven” a la sociedad. Dos años trabajando y 5 personas que han pasado por esta casa de “transición” a la vida fuera de la prisión.
– En el complejo parroquial de San Luis Gonzaga se desarrolla una ambiciosa labor durante el curso que presta apoyo escolar y emocional a jóvenes con problemas de adaptación o de familias desestructuradas. Con 15 maestros voluntarios y la colaboración de un religioso amigoniano de la Ciudad de los Muchachos se desarrolla este programa que ayuda a 70 chavales.
– Algunos colaboradores de las parroquias, involucrados en otras áreas pastorales han continuado su actividad con gran intensidad. Por ejemplo: Apostolado Seglar, para motivar el día del trabajo desde una sana perspectiva de la doctrina social de la Iglesia. Talleres de Oración y Vida que han desarrollado tres días de retiro a través de whatsapp unidos a otros participantes de la península.