Pedro Rodríguez | “Destaco la cercanía de los feligreses y vecinos de O Grove”

Pedro Rodríguez, párroco venezolano de 37 años, se encuentra, un verano más en O Grove, viaje que lleva repitiendo desde el 2018, a excepción de los años de pandemia. El objetivo de cada una de estas visita es clara: ayudar a los sacerdotes de la villa en las eucaristías y, como él mismo indica, “compartir la fe con la comunidad de O Grove”.

La duración de los viajes varía, dependiendo de su disponibilidad, pero son en torno a un mes o mes y medio, este año, Rodríguez estará en la localidad hasta el sábado 14 de septiembre, habiendo llegado el pasado 25 de julio.

La primera vez que recayó en esta ciudad – verano del 2018 – fue de la mano de un párroco polaco que, comenta, él conoció en Venezuela y le había hablado de su experiencia en O Grove. “Él fue quién me ofreció la posibilidad de venir y ayudar en la pastoral de aquí y no lo dudé”, señala Rodríguez, quién agradece, desde el primer momento la hospitalidad de Don Antonio y Don Ventura, sacerdotes de la localidad que le han abierto las puertas de sus parroquias de San Vicente y San Martín.

Su día a día en O Grove, cuenta, es muy agradable. “Me dedico a ayudar a los párracos en las eucaristías, normalmente por la mañana y por la tarde, hablo mucho con los vecinos y apoyo o ayudo en todo lo que pueda y sea necesario”, señala el sacerdote venezolano.

 

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Pedro Rodríguez, tras una eucaristía en O Grove | CEDIDA

Lo que más destaca de los vecinos de la localidad es la proximidad con la que lo tratan. “La cercanía de la gente me sorprende mucho, muchos fieles se acercan a mí al finalizar la eucaristía, y eso es algo que valoro mucho, me siento muy acogido por todos ellos, estoy como en casa”, señala Rodríguez

El sacerdote también resalta la solidaridad de los habitantes de O Grove, destacando, por ejemplo, la recaudación de fondos organizada por el párroco de San Vicente, Juan Ventura, junto con Cáritas para ayudar al pueblo de Cumanacoa – en el que él reside – tras haber sufrido el desbordamiento de un río que provocó el fallecimiento de muchos vecinos y el empobrecimiento de gran parte de los habitantes.

“Gracias a la solidaridad de O Grove pudimos ofrecer agua potable a los afectados, ropa limpia y comida”, comenta Rodríguez, y señala que, en todo momento, su parroquia se sintió muy apoyada gracias a estas muestras de gratitud que le llegaban desde Galicia. Es por ello que, actualmente, este párroco venezolano señala que se siente “en deuda con los vecinos de O Grove” y busca, con sus estancias en la cilla, devolver algo de lo que le ofrecieron.

Tiene claro que, esta no será la última vez que viaje a la localidad. “Pienso en que, si tengo la posibilidad y la realidad de Venezuela me permite salir del país, repetir estos viajes todas las veces que pueda”, señala Rodríguez agradeciendo, una vez más, la hospitalidad de todos los vecinos de O Grove.

Fuente: www.diariodearousa.com