Peregrinando por la Diócesis: Santa María de Trazo

Esta parroquia aparece entre las que Tructino, delegado de Alfonso II, allá por el año 830, declara pertenecientes a la diócesis de Iria. Trazo perteneció a Sta. María La Mayor de Sar. Una parroquia, entre tantas, con las que los arzobispos de Compostela ayudaron a la fundación de la Colegiata de Sar. Tenía el derecho de presentación de los párrocos.

Iglesia pequeñita, románica, tal vez la más antigua del municipio. Como en tantos casos, abrieron el muro románico del presbiterio para dar paso a la sacristía. Así, en 1.671.

La fachada es del siglo XVIII. La espadaña, de 1.868.Imagen pétrea de la Asunción en el exterior del ábside. En el muro occidental se tapió la puerta que había y dio lugar a una hornacina en el interior donde está colocada una imagen de Ntra. Señora, que Cardeso Liñares, experto en ello, atribuyó a Rodeiro, escultor del siglo XIX.

Había una capilla, con amplio atrio, en la parte alta de la parroquia. Dedicada a S. Roque. Era de la familia compostelana Cordero Carrete. Tenía sus vestiduras y cáliz propio. Todo aquello hoy es ruína.

En la primera mitad del siglo XX (1.912-1.955) fue párroco D. Juan Mosquera Bello. Había sido fámulo del Sr. Rector en el Seminario, luego coadjutor de Aro. Natural de Deixebre, parroquia aneja a Trasmonte de las que fue párroco hasta que permutó con el de Trazo.

El Sr. Mosquera Bello, por razones familiares, pasó buena parte de su vida en Trazo, sin compañía. Y ocurrió este triste suceso. El día del Santísimo Sacramento, que es por agosto, el buen sacerdote dejó la comida preparada en la casa rectoral para invitar a los compañeros, como era tradición. Quizás debió dejar mucho fuego encendido, porque cuando salían a la procesión ven la casa rectoral en llamas. Distaba unos 300 metros. Allá se van para extinguir el fuego. Ardió todo el archivo, excepto el Boletín Oficial.

En los años sucesivos se dedicará este paciente sacerdote a tomar los datos del Registro Civil para recomponer los libros que perecieron.

Por gestión del Sr. Mosquera, a la casa rectoral se le adjudicó monte, en la división vecinal. De lo mejor que había en la parroquia. Quedó el monte repleto de maderas cuando el falleció por lo que en los años 1.956- 57 se construyó, tras la venta de aquellas, la nueva casa rectoral junto a la iglesia. La casa fue en su día gran novedad, hoy lleva unos 40 años abandonada y en estado de creciente ruina. Como tantas casas rectorales, lamentablemente. Pero en el archivo parroquial quedó constancia de la deuda con el párroco anterior. Por su precaria salud, en sus últimos años, conservando la titularidad de la parroquia, estuvo acogido en una casa sacerdotal de A Coruña, donde falleció y allá fue sepultado.

Con sus escasos ahorros dejó una beca en el Seminario para los naturales de Trazo. Así como una finca de monte de su propiedad para el iglesario. D.E.P.

Cuando se crearon definitivamente los municipios en España (1.836) el de Trazo tuvo su sede en casa patrucial, bien hacendada, de esta parroquia. Lo cual explica que siendo tal vez la menor, fuese distinguida así y dio nombre al ayuntamiento, que hoy tiene su sede en la parroquia de Campo.

En 1.928 nace en Sta María de Trazo el más preclaro de sus hijos, D, José Ríos Gigirey. Se forma en el Seminario de Santiago con brillantes calificaciones tanto en comportamiento como académicas. Recibe el presbiterado el 6-VI-1.954 y ya el cardenal Quiroga le destina a la parroquia de S. Cristóbal das Viñas en A Coruña. Luego párroco de S. Bartolomé de Pontevedra, donde el arzobispo Suquía le nombrará Vicario Territorial. El Sr. Ríos restauró la iglesia de S. Bartolomé y el santuario de la Virgen Peregrina. Finalmente, el arzobispo Rouco Varela le destinó como párroco a Sta. Lucía de A Coruña.

En todos sus destinos el Sr. Ríos desplegó una entrega apostólica encomiable. Muy ordenado y eficaz en sus trabajos. En 30 de enero del 2.014, cuando iba hacer gestiones en el arzobispado, se cae hacia atrás sobre aquella escalinata pétrea. Ya no recobró más el habla. Dejaba dudas, a veces, si realmente reconocía a las personas. Los que le conocíamos interpretábamos que el sacerdote Ríos Gigirey ofrendaba su vida por la Iglesia. Acogido en la casa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Eirís-Coruña, falleció allí el 4-IV-2.020. Por tanto, seis años largos de Calvario. Recibió sepultura en su parroquia natal y en su nicho vemos una pequeña placa metálica con su nombre, las dos fechas extremas de su vida y este título: Sacerdote. Nada más. Sin duda fue él quien dispuso esta redacción sencilla, cuando, otros, prefirirían referir todos los cargos ostentados. D.E.P. el admirado amigo, gran sacerdote.

Xosé Pumar Gándara