El próximo domingo 25 de abril tendrá lugar la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Jornada de Vocaciones Nativas, que se celebrará con el lema «Para quién soy yo». La Jornada fue presentada este martes 20 de abril en una rueda de prensa on line, y contó con cuatro testimonios vocacionales presentados por las instituciones organizadoras: la Conferencia Episcopal Española (CEE), la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Conferencia Española de Institutos Seculares (CEDIS), y las Obras Misionales Pontificias (OMP).
Por parte de la CEE intervino Manuel Vázquez Álvarez, seminarista de quinto curso en el Seminario de Toledo. Manuel cree que el lema de la Jornada «Para quién soy yo», te pone ante tu vida”. En su proceso vocacional decidió enfocar su vida “hacia afuera, no con tus planes, sino hacia Dios, hacia los demás”; hasta llegar a decir, en la maduración de su vocación: “Yo quiero ser sacerdote, quiero ser para Dios, quiero que mi vida no sea para mí, quiero que sea para Dios, porque sé que Dios me ama y quiere lo mejor de mí”, convencido de que eso será lo que le hará plenamente feliz.
Rocío Vázquez Odero, del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, fue el testimonio que presentó CONFER. Durante mucho tiempo, la vida de esta religiosa de Cádiz fue “el deporte y la juerga”, pero se descentró y comenzó a sentir un gran vacío. La muerte de una íntima amiga en un accidente de tráfico le llevó por primera vez a cuestionarse «Para quién soy yo», y pronto respondió que era “para el Señor y para su reino”. Ahora, le apasiona acompañar a los jóvenes porque, como ella misma experimentó, a veces no tienen personas adultas que les acompañen. “A todo joven le digo que busque acompañamiento, que no se puede viajar por la vida solo”, afirma Rocío.
La valenciana Lydia Herrero Casanova, pertenece al Instituto Secular Obreras de la Cruz, y fue el testimonio presentado por CEDIS. Descubrió la consagración secular viendo cómo las Obreras de la Cruz participaban en la vida de su pueblo con toda normalidad. A ellas podía encontrarlas en la peluquería donde iba su madre, en una manifestación contra el terrorismo, o en la parroquia. Encontró en ellas “un modelo de mujer creyente que le fascinó”. A los 20 años entró en el Instituto, donde encontró la concreción de su vocación consagrada. Actualmente, como miles de personas en nuestro país se encuentra en un ERTE; lo afronta con esperanza, y siendo fiel a su vocación en la humildad de las tareas cotidianas, porque “seguir a Jesús no consiste en tener éxito”.
Finalmente, Obras Misionales Pontificias presentó el testimonio de Carlos Armando Ochoa, una vocación mexicana que ha tenido que madrugar para entrar en la rueda de prensa (las 3 de la madrugada hora en México). Aunque pertenece a la Diócesis de Tarahumara (estado de Chihuahua) ‒la única en México que depende de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos‒ Carlos no pudo estudiar allí porque no había Seminario Mayor. Así explicó su vocación: “Jesús me atrapó, me llamó, lo amo y por ello quiero ser digno, vivo en medio de cerros y barrancos, en medio de indígenas y mestizos, que es la realidad de mi amada Diócesis de Tarahumara”. En su tierra, Carlos encuentra que el Espíritu Santo le “ilumina para compartir palabras de fe, de esperanza y de amor con estas comunidades de la sierra que están dolidas, agrietadas, ampolladas por tres circunstancias específicas: el dolor, la lejanía y la pobreza que es propia de esta realidad”. Carlos agradeció la ayuda de Obras Misionales Pontificias para que los seminaristas de los territorios de misión puedan llegar a ser sacerdotes.
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Testimonios y formas de colaboración con las Vocaciones Nativas en www.vocacionesnativas.es
Puede ver la rueda de prensa completa aquí.