El pasado 7 de julio, recibían el sacramento del Orden sacerdotal tres jóvenes de esta Diócesis. Poco a poco han ido “estrenando” su ministerio y celebrando con las personas más cercanas la Eucaristía. La Primera Misa se convierte en una ceremonia solemne, emotiva y que acerca a todos un misterio cargado de gozo: la llamada de Dios a ser sacerdote y la sorpresa feliz de la respuesta humana.
En primer lugar le tocó a D. Santiago Telmo. El domingo, 14 de julio, la parroquia de Noalla, junto a la emblemática playa de la Lanzada, se volcó para acoger la Primera Misa del nuevo presbítero. La cercana y entrañable predicación corrió a cargo del párroco local, D. José Manuel Taibo, cuya amplia experiencia de alumno y tutor en el Seminario Menor le concedía una comprensión de privilegio sobre lo que significa llegar a ser sacerdote tras una larga preparación desde la infancia.
A D. Eduardo Amado le correspondió la fecha del 20 de julio. El lugar: la coruñesa parroquia de San Jorge. La música de la Misa Votiva de la Eucaristía (interpretada por el organista catedralicio Manuel Cela) solemnizó una celebración cargada de recuerdos para el recién ordenado. Su buen amigo, D. José María Ripoll, condujo la predicación, repasando algunos datos biográficos del nuevo sacerdote, junto a una perspicaz exposición sobre las líneas maestras de la Teología del sacerdocio.
Ayer concluía el ciclo D. Damián Vidal en Vilalonga. La prensa hizo referencia a los más de 100 años desde el último párroco nacido en la localidad. Predicó, en esta ocasión, el Rector del Seminario Mayor, D. Carlos Álvarez, que no desaprovechó la ocasión para animar a los presentes a rezar por las vocaciones sacerdotales y a brindarles apoyo. El recién ordenado sacerdote se explayó en una elogiosa y divertida acción de gracias a Dios por todas las personas que alentaron su camino de formación. Cabe mencionar el detalle de la confección de una alfombra floral a las puertas de la iglesia parroquial, realizada como homenaje por parte de algunos antiguos feligreses.