Sábado de Ceniza

Texto litúrgico

Jesús vio a un publicano llamado Leví sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió” (Lc 5, 28-29).

Imagen: Cuarta Estación

María, la Madre de Jesús, se encuentra con su Hijo en la Vía Dolorosa.

Via Crucis

“- ¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma! – a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones” (Lc 2,34-35).

Salmo

“Acallo y modero mis deseos, como un niño en brazo de su madre” (Sal 130).

Santa Teresa

“No pienses, cuando ves a mi Madre que me tiene en los brazos, que gozaba de aquellos contentos sin grave tormento. Desde que le dijo Simeón aquellas palabras, la dio mi Padre clara luz para que viese lo que Yo había de padecer” (Relaciones 36, 1).

Consideración

Quienes siguen al Nazareno participan ya de su obra redentora. Para ir detrás del Maestro se debe caminar y abandonar toda instalación. Leví, que estaba sentado, se levanta. Es la actitud del discípulo, levantarse y ponerse en camino. María se levantó y se puso en camino. Esta expresión significa participar ya de los frutos de la Redención y pertenecer a la nueva humanidad, la que se nos concede por la Resurrección de Jesús.

Cuestión

¿Cómo te encuentras, sentado, derrumbado, de pie, en camino?

Ángel Moreno Buenafuente