Segundo sábado de Cuaresma

Via Crucis de María

Texto litúrgico

“Me pondré en camino adonde está mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.

Se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo” (Lc 15, 18-19).

Imagen:

San José, escultura en bronce. Jardines de la Basílica-iglesia de San José en Nazaret.

Segunda estación

José y María deben bajar a Belén para empadronarse; y a ella precisamente se le cumplen los días del parto.

“Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento” (Lc 2, 4-7).

Consideración

No creo que poniéndose en camino sea para una mujer la mejor manera de esperar el momento de dar a luz, fuera de su casa, por hospitalaria que sea la ciudad a la que se dirija. María, la andariega, nos demuestra su docilidad ante los acontecimientos, y su confianza, aunque no se le evita el esfuerzo, ni el riesgo, ni la intemperie del camino: 130 Kms de Nazaret a Belén. Ni tener que pedir alojamiento.

Cuestión

¿Estás instalado? ¿Te justificas en tus necesidades para no ponerte en camino?

Ángel Moreno Buenafuente