Testimonio: Inma Tourís

Soy M. Inmaculada Tourís Grande. Soltera, natural de Caleiro (Vilanova de Arousa). Profesionalmente soy Secretaria en el colegio San José de Cluny. Pastoralmente: presidenta de Acción Católica General, animadora de un grupo de la EDAP, coordinadora de las Cenas Alpha en la parroquia de San Fernando y colaboradora con las actividades de Pastoral Juvenil.

 

¿Qué opinas del Coronavirus?

Saca lo mejor de cada uno (a veces sale lo peor): el compañerismo, el darse a los demás, ofrecerse a ayudar. Se ve ese esfuerzo de la parte médica, de los profesores, los supermercados… los que se quedan en casa.

 

¿Te cuesta estar en casa? ¿Por qué?

No me aburro porque tengo mucho trabajo telemático. Es más complicado que el presencial, incluso. Antes, los padres me llamaban directamente y arreglábamos. Ahora es “a golpe” de correo electrónico. Se necesitan 5-6 correos para lo que antes “despachabas” con una sola gestión. Requiere más horas de trabajo; pero se intenta hacer del mejor modo posible porque se pretende que los padres reciban una buena atención.

 

Algo que te ayude a sobrellevar mejor la rutina diaria

El mero hecho de tener una rutina, ayuda. Procuro levantarme a la misma hora. A las 8 desayuno y al ordenador. Procuro comer a la misma hora de siempre y luego, de vuelta al trabajo. Después de comer procuro un momentito para el “relax” y aprovecho los tiempos muertos para la lectura y el trabajo manual. También me ocupo de las redes sociales y trato de preocuparme por los demás con una llamadita, por lo menos.

 

¿Qué lección podemos sacar de todo esto?

Que no somos nada. Esto demuestra que con “poquita cosa” se nos derrumba. Sentimos que somos muy débiles, aunque también alberguemos cierta “grandeza” para sacar las cosas adelante. Cáritas asume ahora unas circunstancias que antes ni se hubieran pensado. Han sido muy significativas las redes de colaboración que se han creado. Por ejemplo, en Santiago he participado de la iniciativa de una asociación que, en el Barrio del Ensanche, se dedicaba a poner carteles en los portales para dejar un teléfono de contacto. De este modo, si alguien necesitaba ayuda en ese edificio, alguien podía echar una mano con las compras, las medicinas, etc.

 

Unas palabritas para Dios

Señor, ayuda a los que lo están pasando mal. No conozco a nadie que esté enfermo, pero sí a gente con fallecidos. Da tu paz y tu consuelo a muchos corazones que lo necesitan.

 

Una dedicatoria para alguien

Para al personal sanitario, por la gran labor que desempeñan. Después, hay detrás mucha otra gente: personal de limpieza, del supermercado, voluntarios, acompañantes en el duelo de quienes pierden a sus seres queridos… esos no se conocen tanto. Los sacerdotes de todas partes, pero especialmente de los lugares como Madrid, con un inmenso panorama de contagiados, muertos y dolor. Tareas ocultas y valiosas.

 

Un modo de servir a los demás sin salir de cas

No saliendo de casa. Estar pendiente por las redes o el teléfono, especialmente de los que están solos; quedar alguna vez con ellos. Si son gente de fe, quedar para el rosario o hablar de algún tema. Antes los veías de vez en cuando y ahora necesitan algo más.

 

Un sueño para el futuro

Que todo esto vivido no se quede en el olvido. Que no volvamos al egoísmo. Que tanto esfuerzo cale en la sociedad y nos volvamos más solidarios, sabiendo prestar atención a lo que es realmente importante; ha quedado demostrado que muchas cosas no lo eran: ni los viajes, ni el dinero… en cambio, sí la familia, los amigos, etc.