Jesús Fontenla es periodista. Trabaja en Televisión de Galicia (TVG), en donde dirige la información parlamentaria. Hizo su tesis doctoral sobre El defensor del Público en las Televisiones Españolas: una propuesta para la CRTVG. Fue coordinador de la edición del Código de Derecho Audiovisual y es autor de “Anecdotario do Parlamento de Galicia”. Uno de sus más recientes éxitos profesionales ha sido la serie documental “Recámara”, en la que se hacía un repaso histórico a las legislaturas autonómicas desde la Transición. Está casado y es padre de cuatro hijos. Jesús Fontenla, buen conversador, excelente amigo de sus amigos y apasionado del buen cine, comparte hoy su testimonio sobre la situación que estamos viviendo.
¿Qué opinas del coronavirus?
Que es una nueva bofetada en la cara del superhombre.
¿Te cuesta estar en casa? ¿Por qué?
No me cuesta mucho. Estoy con las personas que más quiero y tenemos un horario de actividades de todo tipo que resulta un buen antídoto contra el tedio.
Algo que te ayude a sobrellevar la rutina diaria actual
Precisamente eso, la rutina. Tener un horario lleno muy compartido con la familia, donde caben Dios, lecturas pendientes, deporte, series y películas con pipas, arreglos pendientes de la casa, etc.
¿Qué lección podemos sacar de todo esto?
Cada cual podrá extraer la suya. Lo grave sería lo contrario, no aprovechar las lecciones de esta situación para cambiar algo en nuestra vida. Hay una llamada clara a dejar de ser como ovillos, encerrados en nosotros mismos. Como ciudadanos, también debemos pensar en si hemos abdicado de nuestra participación democrática, dejando todo en manos del Estado paternalista y colonizador.
Unas palabritas para Dios
Pues sí que tendría yo unas palabritas para Dios, pero vamos a llevarnos bien… Supongo que es difícil de aceptar que Dios escriba derecho con renglones torcidos.
Una dedicatoria para alguien
Para todos quienes están siendo capaces de poner en práctica el lema de Max, el protagonista de C´est la Vie: “Nos tranquilizamos y nos adaptamos”.
Un modo de servir a los demás sin salir de casa
Rezar, llamar todos los días a muchos y escuchar sin tiempo.
Un sueño para el futuro
Que el Bien abunde más y ahogue la presencia del Mal. Y, como ocurrirá, no es un sueño.
