Testimonio Una Semana Santa muy diferente 

Esta es la expresión que más estamos oyendo decir cuando preguntamos a otros qué tal han vivido la Semana Santa en “confinamiento”. También lo ha sido para nosotros. Somos Miguel e Inma, matrimonio de Santiago. Pertenecemos a Comunidade Caná y estos días nos hemos lanzado a lo que llamaríamos “una aventura”. Somos conscientes que hemos sido capaces por la fuerza de la Comunidad; nosotros solos no hubiéramos sido capaces de llevarla adelante.

Muchos son los proyectos espirituales online que estos días han nacido desde muy distintos lugares, también en nuestra Archidiócesis. Pequeños oratorios abiertos a la cámara; Eucaristías celebradas en streaming; Ejercicios espirituales on line…

La llamada de nuestra Comunidad, presente en nuestra Archidiócesis de Santiago, es la de fortalecer familias. Nuestro carisma lo describe muy bien D. Manuel Sánchez Monge, obispo de Santander, que en su carta pastoral Familia cristiana ¡Educa en la fe!, escribe que es urgente acompañar a las familias que flaquean y animar a las que se vienen abajo… ¡Despierten las familias dormidas, levántense las abatidas!, escribe.

Esta llamada que nos une a varias familias cristianas en Comunidade Caná, nos ha lanzado a abrir nuestras casas y a mostrar lo que somos: Iglesias domésticas donde celebramos y rezamos a Dios. Hemos mostrado a través de las cámaras de nuestros ordenadores, en abierto, nuestra Fe en Aquel que todo lo puede y habita en nuestras casas, para que otras familias cristianas no lo olviden, no lo escondan y se animen a seguir permitiendo que su hogar sea un lugar habitado por Dios.

Y así, durante la Semana Santa hemos retransmitido en abierto, un día, el rezo del Rosario que D. Julián invitaba a tener a las 8 de la tarde, presentando en esta oración a todas las personas que sufren la enfermedad, la soledad, el confinamiento en nuestra Archidiócesis. Otro día, el reto fue mayor: rezar un Viacrucis desde nuestras casas. El Jueves Santo preparamos una Hora Santa. Y, como broche final, fuimos capaces de retransmitir una Fiesta de Resurrección.

Todas nuestras celebraciones fueron realizadas por familias. La oración, el canto, la proclamación de la Palabra, el testimonio… nació y se proyectó de Iglesia doméstica a Iglesia doméstica. Detrás de cada pantalla que nos veía, sabíamos que había salones donde los niños se movían y hablaban, pero rezaban junto a sus padres, abuelos en soledad que rezaban con nosotros; matrimonios que se sentaban juntos a orar.

Benedicto XVI dice que la “La familia cristiana tiene, hoy más que nunca, una misión nobílisima e ineludible, como es transmitir la fe, que implica la entrega a Jesucristo, muerto y resucitado, y la inserción en la comunidad eclesial” (Benedicto XVI). Pues bien, así nos hemos sentido todas las familias de Comunidade Caná, entregando nuestro tiempo y nuestros medios técnicos -que han sido rudimentarios- para realizar la misión de trasmitir la Fe de familia a familia. Como matrimonios, nos hemos animado al ver la fe de otros matrimonios; y nuestros hijos se han atrevido, al ver a otros hijos rezando, cantando o proclamando que Jesús es su Vida, a hacerlo ellos también.

En la Diócesis ha habido otros proyectos online, y damos gracias a Dios que nos mueve a la creatividad, y a utilizar nuestros dones para ponerlos al servicio de su Reino. Nosotros nos hemos sentido en todo momento insertados en la comunidad eclesial, unidos a una Iglesia mayor que seguía celebrando junto a nosotros la Fe en Jesús muerto y resucitado a la Vida.

Hemos contado con medios técnicos sencillos, y hemos sido torpes porque era la primera vez que hacíamos esto… Ahora nos toca la revisión de todo lo que hemos hecho, para mejorar y crecer; pero estamos contentos por haber sido valientes para salir en directo desde nuestro salón de casa, para poner nuestros rostros, para hacer pública nuestra Fe. Hemos podido hacerlo porque estábamos unidos toda la comunidad… ¡Dios no nos quiere solos!

¡Adelante, diocesanos, podemos seguir proclamando el Señorío de Jesús en todo hombre, de mil maneras! Donde aparece la crisis, nace también la oportunidad. Dios es creador y… creativo.

Inma Tamayo y Miguel Castaño · Comunidade Caná