- Las huellas de la religión | Además de sacerdote, fue arqueólogo, descubridor, arquitecto, historiador y entregado estudioso del patrimonio de Galicia
El 12 de diciembre de este 2024 se cumple un siglo de la muerte del que fue un benemérito sacerdote, ilustre arqueólogo, descubridor prolífico, arquitecto aficionado, académico, historiador y párroco de San Martiño de Razo: Benigno Cortés García. Falleció a los 63 años, después de ordenar en su testamento cómo tendrían que ser las honras fúnebres, de disponer que todos los domingos se le aplicase un responso Ne Recorderis, y cien misas repartidas y celebradas en Razo. Regaló a la Universidad Compostelana el tomo titulado Cronicon manuscrito de Santa María de Sobrado, obra del P. Carbajo, y, al Seminario, el libro Catálogo de Anales Compostelanos. Del mismo modo, obsequió a la iglesia de Razo con el crucifijo que tenía en el cabecero de su cama, que seguro es el Cristo que se halla en la sacristía, atribuido al prestigioso escultor José Ferreiro.
Benigno nació el 22 de agosto de 1861 en San Xurxo de Codeseda. Era hijo de Modesto Cortés y de Generosa García, vecinos de As Quintas. Por parte paterna tenía dos tíos sacerdotes: Albino Jacobo Cortés y Manuel Cortés, curas de San Xoán de Cerdedo y San Pedro de Tenorio. Benigno ingresó en el Seminario Compostelano. En 1887 solicitó la prima clerical tonsura, participando ya de la clerecía diocesana. Recibió las demás órdenes menores y mayores en los siguientes cursos y, en 1890, cantó misa. En los informes se alaba el buen comportamiento del muchacho. En 1887, el arcipreste de Tabeirós, Antonio Vázquez, indica: «Observa buena conducta moral y religiosa, frecuenta los santos sacramentos, asiste con edificación a las funciones religiosas, rehúye todas las concurrencias peligrosas…».
Por el contrario, el cura de Codeseda, Agustín Salgado, indica que Benigno era más dado a las cosas políticas, y que durante sus vacaciones estaba en casa de su tío en Cerdedo. Algunos sacerdotes no comprendían los pasatiempos del joven Benigno, que mostraba un gran afecto por las artes. Como indica La Gaceta de Galicia, del 5 de septiembre de 1889, Cortés García triunfó en un certamen con una acuarela que retrataba una de las fachadas de la catedral de Zamora, presentada a la Escuela de Artes y Oficios, y ofrecida como obsequio al ministro Eugenio Montero Ríos.
Tras ser ordenado sacerdote, pasó a su tierra natal como capellán. En 1894 fue nombrado coadjutor de San Xoán de Campo y Leobalde. El periódico El Pensamiento Gallego, en 1896, lo felicita por la obtención de la Licenciatura en Teología, con la tesis Infallibilitate in fide et moribus gaudet Ecclesia Christi. En esa fecha era párroco electo de Santa María de Vilariño (Vilasantar), donde cobraría cierta fama por sus descubrimientos. De 1896 a 1901, Benigno realizó exploraciones en un paraje peculiar; eliminando la maleza y removiendo la tierra comenzaron a aflorar bloques de granito, tejas, laudas funerarias, calzadas… Acababa de descubrir uno de los mejores campamentos romanos de Galicia, el de Ciadella. En 1901, Cortés García fue promovido para Razo; alternando con la cura de las almas, Benigno recorrió las parroquias de la zona en busca de elementos arqueológicos y vestigios de tiempos pretéritos para sus estudios, labor que le hizo ganar el puesto de académico.

Iglesia de San Martiño de Razo, en Carballo ANA GARCIA
El Correo de Galicia, del 3 de mayo de 1912, informa a los lectores de que a los pies de un castro bergantiñán, había encontrado un hacha de hierro, una empuñadura, una espada de bronce y otros utensilios. El periódico El Miño, del 22 de diciembre de 1912, se hizo eco del hallazgo del cipo romano o ara de Seavia, los capiteles de Lemaio (datados por él en los siglos VII o VIII), y un relieve de mármol en la rectoral de Noicela (siglo XII) que muestra el paraíso y la rebelión de los animales contra el hombre, según indica la descripción aportada.
La teoría del origen gallego de Colón
Aparte de los trabajos arqueológicos, Benigno estudió los libros parroquiales de Razo. La Gaceta de Galicia (22 de abril de 1914) informó de que el cura había encontrado en una visita pastoral del siglo XVI la firma de un tal Cristóbal Colón, dando pie a la teoría del origen gallego del descubridor. Todos estos trabajos los publicaba en el Boletín de la Real Academia Gallega, por ejemplo, Carta de ingenuidad otorgada por la monja doña Teresa a favor de sus libertos del condado de Présaras y del valle de Grijalba, Dos capiteles del siglo VII u VIII, probablemente, Cantares populares de Galicia…
En otro trabajo, todos ellos ilustrados con fotografías, comentó el hallazgo de la ara romana de Nogueira, en Seavia, descubierta en su estancia en esta parroquia. En Seavia, por iniciativa del párroco Santiago Abuelo, dirigió desinteresadamente en 1911 las obras de la nueva iglesia, alzada según los planos que él mismo aportó. Según los estudiosos, el cura de Razo estaba al tanto de las nuevas modas litúrgicas procedentes de Francia y, así, hizo una iglesia sin presbiterio, sin diferencia ni en el alzado ni en la planta del resto del templo, uniendo a un mismo nivel la asamblea a los ministros sagrados. Como arqueólogo, hizo una obra neorrománica aprovechando algunos elementos procedentes de la antigua iglesia monástica a los que se añadieron otros de su propio diseño.
Ante todo, no olvidemos que Benigno era sacerdote; en Razo promovió nuevas devociones, adquirió la imagen del Corazón de Jesús, la de santa Mariña, san Antonio y san Adrián; combatió el creciente protestantismo, favoreció la celebración de misiones populares… Afectado, seguramente, de una enfermedad que iba minando su salud, en los últimos meses de su vida le era muy complicado celebrar misa, ya que, según varias cartas a la curia diocesana, le caían las cosas de las manos, padecía severas lagunas en la memoria… En diciembre, ya encamado, recibió la extremaunción, penitencia y eucaristía, y finó después de un fructífero ministerio y una interesantísima labor de recuperación y estudio del patrimonio de Galicia.