V Miércoles de Cuaresma. Semana de Pasión

Texto litúrgico

“Si nuestro Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido, nos librará, oh rey, de tus manos. Y aunque no lo hiciera, que te conste, majestad, que no veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido” (Dn 3, 17-18).

Contemplación de los misterios Dolorosos

Segundo misterio

La flagelación del Señor, atado a la columna

Texto bíblico

“Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa.” (Mc 15, 19-20) “A Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran” (Mt 26, 26).

“En este oprobio no sólo se revela el amor de Dios, sino el sentido mismo del hombre. Ecce homo: quien quiera conocer al hombre, ha de saber descubrir su sentido, su raíz y su cumplimiento en Cristo, Dios que se humilla por amor «hasta la muerte, y muerte de cruz» (Flp 2, 8) (JUAN PABLO II, RVM 22).

“Acaecióme que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allá a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrojéme cabe El con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle” (SANTA TERESA, Vida 9, 1).

Contemplación

Se han burlado de Jesús, el Hijo de Dios, lo han escupido y abofeteado. Y resuena ante el rostro del más bello de los hombres, la profecía de Isaías: “Lo vimos sin belleza, como raíz en tierra árida, sin aspecto atrayente, despreciado, tenido en nada” (Is 53,2). Nadie podrá decir que no es acompañado por Aquel que se hizo víctima y escarnio.

Cuestión

¿Te ves acompañado por quien ha echado sobre sí todas nuestras culpas?

Ángel Moreno Buenafuente