El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, visitó este lunes el Cottolengo del padre Alegre de Compostela, una cita que ya es habitual en estas fechas próximas a la Navidad. El arzobispo saludó a las internas en este centro y a las voluntarias y rezó Vísperas con la comunidad religiosa que atiende el centro, Servidoras de Jesús del Cottolengo. Monseñor Barrio transmitió su agradecimiento por el trabajo que desarrollan y aprovechó para felicitarles la Navidad.
El origen del Cottolengo se remonta a los trabajos del jesuita Padre Alegre Pujals, quien solía frecuentar los hospitales de Barcelona mostrando una predilección especial por los enfermos más pobres que no tenían a nadie. En uno de los viajes a Italia conoció la obra de san José Benito Cottolengo, en Turín, y lo que más le impresionó fue «la confianza en Dios como único apoyo de aquella Institución» y, eso era, precisamente, lo que quería comenzar en Barcelona: una casa que acogiera a los enfermos que nadie quiere y que no tienen recursos.
Pero no pudo verlo personalmente. Sembró la semilla de ese nuevo carisma en un seglar al que dirigía espiritualmente, Romualdo Zaragoza, al que poco antes de morir (1930) le pidió que fundara esa institución con la ayuda del Superior de su comunidad, el padre Guim. Posteriormente, el arzobispo de Barcelona, Doctor Irurita, aportó también su entusiasmo para que en 1932 viera luz la nueva institución.
En la actualidad son nueve las casas que tiene el Cottolengo del padre Alegre en el mundo. Seis en España (Barcelona, Valencia, Madrid, Santiago de Compostela, Las Hurdes, Alicante), dos en Colombia (Buenaventura y Popayán) y una en Portugal (Lisboa). Las religiosas que atienden estas casas dicen que procuran ser «testigos del amor de Dios presente en el mundo. El Cottolengo es una familia».
¿Los requisitos para entrar en la familia del Cottolengo? La enfermedad que tengan debe ser incurable y, además, ser pobres de solemnidad.
En 1939, nacía en Barcelona, la Congregación religiosa de Hermanas Servidoras de Jesús, que desde entonces se ocupan de llevar adelante la institución del Cottolengo del Padre Alegre. Su fundadora, Dolores Permanyer i Volart, definiría su carisma como «entregar la vida al servicio de Jesucristo en el hermano pobre y enfermo más necesitado, formando con él una familia que quiere vivir total y filialmente confiada en el amor de Dios, Padre Providente, y en adoración constante a Cristo, el Señor, en el Misterio de la Eucaristía».
La historia del Cottolengo de Santiago se remonta al 22 de julio de 1951. En el número 80 de la Rúa de San Pedro, en una modesta casa unifamiliar donada para tal fin por Isabel de Sáenz-Díez, comenzó a existir esta institución. La familia fue creciendo hasta tal punto que se hizo necesario el proyecto de una casa más grande y mejor adaptada a las necesidades básicas de esta institución. Fue entonces cuando se llevó a cabo la construcción del edificio actual del Castiñeiriño. El traslado se hizo el 5 de noviembre de 1977.