Monseñor Barrio invita a reconocer la grandeza de pertenecer a la Iglesia

  • En las Solemnes Vísperas del Apóstol, el arzobispo dice que “es una gracia haber nacido en ella y haber vivido bajo su garantía permanente”

“Con la celebración de las primeras Vísperas entramos en la solemnidad de Santiago el Mayor, nuestro Patrono, intercesor y ejemplo a imitar. Lo hacemos unidos en oración junto a su sepulcro. La liturgia de esta solemnidad refleja que en la misión encomendada a Santiago el protagonista es el Señor  que le motivó a traer hasta el fin de la tierra la buena nueva de la salvación”. Así iniciaba este sábado su homilía en las Vísperas del Apóstol Santiago el arzobispo de Compostela, monseñor Julián Barrio. En la celebración eucarística que ponía fin a la Novena del Apóstol, el titular de la Archidiócesis dijo que “en esta solemnidad os invito a decir: creo en la Santa Iglesia Católica y Apostólica, edificada sobre el fundamento de los Apóstoles. ¡Amemos a la Iglesia, sintamos en y con la Iglesia, colaboremos con la Iglesia! En nuestra historia de salvación, lo que conocemos de Cristo, lo que hemos recibido de Él, incluida la vocación y posibilidad verificable de llegar a la santidad evangélica, se lo debemos a la Iglesia. Es una gracia haber nacido en ella y haber vivido bajo su garantía permanente. ¿Cómo sería nuestra existencia si hubiera sido desde sus comienzos extraña a la Iglesia?”.

Monseñor Barrio recordó además que “hoy nosotros al sentirnos elegidos, llamados y enviados por el Señor, nos damos cuenta de que los desafíos sociales, culturales y espirituales nos superan. Nos parece revivir la experiencia de los Apóstoles, cuando aquella gente llevaba tres días con Jesús y no tenían qué comer y les pregunta: ¿Qué podemos hacer? Ante la falta de solución por parte de los apóstoles, Jesús les mostró que con fe nada es imposible. En nuestros días muchas personas esperan una primera evangelización; otras, que la recibieron, necesitan un comprensión más profunda; y en algunas en las que el Evangelio echó raíces, el secularismo ha producido una crisis del sentido de la fe cristiana y de la pertenencia a la Iglesia”.

El arzobispo terminó pidiendo “que la intercesión de Santiago obtenga a toda la Iglesia fe ardiente y valentía apostólica para anunciar al mundo la verdad que es Dios, Padre misericordioso y fiel, dador de todo bien”.