Este domingo 12 de mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor, se celebra la 58º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. «Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: para una comunicación plenamente humana» es el tema que propone el Santo Padre para la Jornada de este año. Ese mismo día, se celebrará en la ermita de Ntra. Sra. de los Ángeles, dentro del Cerro, en Getafe, una eucaristía que conmemora esta jornada mundial presidida por Mons. Ginés García Beltrán, obispo de Getafe, retransmitida por la 2 de TVE.
Por su parte, la Santa Sede hizo público el pasado mes de enero, el Mensaje del papa Francisco para la 58º Jornada Mundial de la Comunicaciones Sociales en el que destaca cómo la inteligencia artificial está modificando radicalmente la información y la comunicación. El pontífice plantea si la inteligencia artificial acabará construyendo «nuevas castas basadas en el dominio de la información» o si, por el contrario, traerá «más igualdad promoviendo una información correcta».
¿Cuál es el mensaje de los obispos? En el foco: la inteligencia artificial
Los obispos de la Comisión Episcopal para las comunicaciones sociales también han escrito un mensaje con motivo de esta Jornada Mundial . En el texto invitan a reflexionar sobre una revolución de calado: la de la inteligencia artificial. Por un lado, en lo que atañe a la dignidad humana, ya que, afecta a las personas y debe tener al ser humano y su dignidad en el centro. Por otro, sobre su repercusión en el ámbito de la comunicación. Un campo, en el que puede ser una oportunidad pero también un riesgo.
Los obispos inciden en poner al ser humano en el centro de la comunicación: «la inteligencia artificial debe de ser liberada de sesgos ideológicos, políticos, de eficiencia económica, que expulsan al ser humano del centro de la actividad de comunicación», aseguran.
En este sentido, destacan: «El sesgo de humanidad es el único indispensable en una inteligencia artificial socialmente responsable, al servicio de la dignidad del hombre y de nuestro tiempo».
Los obispos, antes de finalizar su mensaje, también señalan que «toda comunicación es, de manera especial en ese tiempo, uno de los elementos claves para la fortaleza de las democracias. Por eso, es preciso proteger este derecho constitucional a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión, de los poderes económicos y políticos, que tantas veces desean limitarlo».