300 años de una herencia viva

La Familia La Salle está celebrando el tricentenario de la muerte de su fundador, San Juan Bautista de La Salle. Sucedió el 7 de abril de 1719 en Ruan, en la Normandía francesa. Por este motivo las comunidades lasalianas de Santiago, con todos aquellos que quieran unirse, compartirán la eucaristía, presidida por D. Julián Barrio, arzobispo de Santiago, el viernes 5 de abril a las 19:30, en la iglesia del convento de Santa Clara, seguida de una presentación en el Colegio La Salle.

El nombre de La Salle es familiar en Santiago de Compostela. Comenzó a serlo allá por 1924, cuando los Hermanos conocidos por ese nombre llegaron a la ciudad y pusieron en funcionamiento la Escuela de La Inmaculada, patrocinada por D.ª Isabel García Blanco. Años más tarde, en 1953, comenzaba a funcionar el Colegio La Salle. En la actualidad los dos centros están concertados y son interdependientes, de forma que los alumnos de La Inmaculada, cuando acaban allí la Educación Primaria, pueden pasar al Colegio La Salle para seguir la Educación Secundaria Obligatoria.

La escuela lasaliana se asienta sobre este principio: la educación es un derecho de todos, y es necesaria para una realización plena como persona. Nació especialmente para “los hijos de los artesanos y de los pobres”, pero sin excluir a nadie. La Salle y sus Hermanos lograron con éxito crear una red de escuelas de calidad, caracterizadas por el desarrollo de habilidades para la inserción social y laboral, la progresión académica continua, el seguimiento personalizado, la formación religiosa integrada en el programa escolar.

Pero la aportación fundamental de Juan Bautista de La Salle a la educación consistió en una fraternidad capaz de educar fraternalmente. El proyecto al que fue dando forma y que perdura hasta hoy es una comunidad de laicos consagrados que se ocupan de las escuelas “juntos y por asociación”: son los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

El proyecto de La Salle se ha ampliado con otros muchos educadores identificados con el mismo carisma desde formas de vida seglar. Juntos proponen una educación centrada en la persona, y con el horizonte del Evangelio; una educación que cultiva valores como la convivencia y la justicia, la responsabilidad y la creatividad, la interioridad y la trascendencia. La pedagogía innovadora sigue siendo nota distintiva de la escuela lasaliana, desarrollada mediante el aprendizaje cooperativo, y con programas que estimulan las diversas capacidades del alumnado.

Son 92.900 los educadores lasalianos que, con los Hermanos, animan en la actualidad algo más de mil cien obras educativas con un millón de alumnos en 79 países. En España la red educativa lasaliana abarca 122 obras, desde la educación infantil hasta la universitaria, y obras socioeducativas variadas, tales como hogares para jóvenes en riesgo de exclusión social o marginación.