Parroquia de guardia: Santa María la Mayor de Pontevedra

La parroquia de Santa María la Mayor de Pontevedra, la más antigua de la ciudad, celebró en 2008 el Jubileo del Milenio de su existencia como comunidad organizada de fieles. Su templo principal fue levantado en el siglo XVI, sobre un edificio de planta románica y siguiendo un estilo de transición entre el tardogótico del ábside al plateresco del atrio, contando con la intervención y colaboración económica de nobleza, clero y cofradías gremiales, en una obra colaborativa promovida por el Arzobispo D. Alonso III de Fonseca. Esta iglesia sería más tarde elevada al rango de Basílica por el Papa San Juan XXIII y de Real Santuario por el Rey D. Juan Carlos I, lo que convierte al monarca emérito y a sus sucesores en protectores y patronos de la misma. En su territorio existe también una capilla dedicada a San Roque, cuya romería, cada 16 de agosto, cuenta con gran devoción en la comarca.

Las piedras vivas de esta parroquia se organizan en torno a una treintena de grupos y equipos parroquiales, coordinados por el Consejo Parroquial de Pastoral, que dirigen y administran los actuales copárrocos, D. Calixto Cobo (Vicario Episcopal Territorial de Pontevedra) y D. Javier Porro (Delegado Diocesano de Apostolado Seglar): estos grupos y equipos, encabezados por seglares, asumen tareas de protección del Patrimonio, Ornamentación, Economía, Catequesis, Liturgia, Talleres de Oración y Vida, Cáritas, Legión de María, Pastoral de la Salud, Prensa y Redes Sociales, Secretaría, Acción Católica, Jóvenes, Adoración Nocturna, Pastoral Familiar, así como representantes de las cofradías penitenciales con sede en la parroquia, o de otras organizaciones como Manos Unidas, el Centro de Escucha San Camilo y Obras Misionales Pontificias, moviendo una amplia red de voluntariado de la que forman parte cerca de 200 colaboradores habituales.

La emergencia sanitaria ha alterado en gran medida el modo de hacer en estos distintos grupos y equipos, que rápidamente han buscado la manera de adaptarse a las nuevas circunstancias. La Real Basílica ha permanecido abierta desde el primer día de cuarentena, en horario de 10:00 a 13:00 h. y de 19:00 a 20:30 h., como espacio para la esperanza y la oración, celebrándose las misas en privado, con asistencia simbólica de algunos fieles y sin administrar la comunión, ciñéndose siempre a las recomendaciones de la Conferencia Episcopal, a las disposiciones de los Obispos de la Provincia Eclesiástica y a la normativa emanada del Gobierno Central. Cada mañana se está haciendo una breve adoración eucarística, seguida, a mediodía, por el tañido de las campanas y el rezo del ángelus, en unión con la Iglesia Universal. Por otra parte, la parroquia se ha encomendado a la protección de San Roque y San Sebastián, que han sido siempre sus históricos abogados contra la proliferación de brotes infecciosos (peste bubónica, cólera morbo, gripe española y, ahora, coronavirus): la imagen de San Roque se ha destacado en el púlpito para su especial veneración, mientras un cuadro de San Sebastián, de grandes proporciones, preside actualmente el presbiterio.

Es encomiable la labor de Cáritas Parroquial que, pese a la actual crisis sanitaria, sigue prestando atención a 56 familias de la parroquia, asistiéndolas en las necesidades básicas de alimentos, medicinas, suministros, vivienda y educación, además de acompañándolas en su esfuerzo de promoción y búsqueda de empleo. En este sentido, se ha hecho un llamamiento en las redes sociales para conseguir ayudas y donativos, ante la imposibilidad de realizar la primera colecta de mes, destinada al mantenimiento de su actividad.

Tampoco han bajado la guardia en Pastoral de la Salud y la Legión de María, cuya labor de asistencia y acompañamiento a personas mayores, enfermas, encamadas o con dificultad de movilidad, no ha cesado, sino que se han transformado las visitas domiciliarias en llamadas telefónicas. La cuarentena tampoco ha resultado un inconveniente a fin de continuar con la catequesis, aunque ha incrementado notablemente el esfuerzo y trabajo de los catequistas, para transmitir la amistad de Jesús y su mensaje de amor al prójimo desde una perspectiva totalmente novedosa. Con cerca de 300 niños, adolescentes y jóvenes participando en la catequesis parroquial, acompañados por un amplio grupo conformado por una treintena de personas, en las últimas semanas se han prodigado los encuentros virtuales, a través de las redes sociales, por supuesto, gracias a la colaboración, buena disposición y acogida de padres y madres, haciendo posible la nueva cuarentenaquesis.

Por su parte, el equipo de prensa ha redoblado su atención a las redes sociales, convirtiéndolas en el gran canal de la comunicación parroquial, haciendo próximo lo que está distante, recabando y compartiendo meditaciones, testimonios, consejos, noticias, pláticas, etcétera, tratando, en todo caso, de no saturar a los receptores. Además, ha puesto todos sus medios a plena disposición de la Vicaría Episcopal Territorial de Pontevedra, a fin de contribuir al nacimiento y desarrollo del programa de radio “Iglesia Sirve”.

Desde un punto de vista más pragmático, este tiempo de desierto se ha aprovechado para llevar a cabo faenas de limpieza y desinfección, orden y mantenimiento, tanto en la Real Basílica, así como en los demás edificios de la parroquia, incluyendo la Casa Rectoral o el Centro Social Parroquial.