Compostela llora la pérdida de Luis Calviño Pueyo. Nacido en Negreira en 1949, deja una huella muy profunda en la capital y en muchos municipios de la provincia, principalmente por su estrecha vinculación con Cáritas Interparroquial de Santiago, cuya dirección ostentó en dos etapas. La primera, entre 1986 y 1994; y la segunda, desde el verano del 2018, cuando relevó en el cargo a José Antonio Beiroa. «Siempre fui un hombre de Cáritas y de la Iglesia. Entré con 16 años de la mano del párroco de O Castiñeiriño, Antonio Vilasó, hoy casado en A Coruña», comentaba Calviño en una entrevista en La Voz de Galicia en noviembre del 2018. Hombre comprometido, acababa entonces de iniciar esa segunda etapa en Cáritas con la idea de poner en marcha el proyecto Familia Abierta, orientado a acompañar a gente que vive sola y está desamparada.
Pero la trayectoria vital de Luis Calviño es mucho más amplia. Licenciado en Historia (aunque inicialmente había empezado Derecho y graduado social), Calviño también hizo dos especialidades de Magisterio: Educación Infantil y Ciencias Humanas. Ejerció como maestro en Carnota, en el colegio compostelano Apóstol Santiago y en Oroso, si bien la mayor parte de su trayectoria profesional estuvo ligada al ámbito sindical, en concreto, a la central CSIF. «Hoy no me habría entregado al sindicato, porque la docencia me encantaba», confesaba Calviño en la referida entrevista del 2018. Padre de cuatro hijos, y abuelo feliz, lamentaba que, pese a los avances sociales, los problemas a los que ahora tenía que hacer frente Cáritas seguían siendo en muchos casos los mismos de hace 40 años. A las penurias derivadas de la pobreza económica se incorporaba el drama de la soledad. «Es reconfortante cuando puedes ser útil a los demás, a esas personas que te abren su corazón y te confían sus problemas, y ser capaz de valorar a la persona en su integridad y decirle que no está sola. Es lo que da sentido a mi vida en este aspecto», aseguraba Calviño. «Cáritas es la organización de la Iglesia católica que lucha por la justicia social. Cuando me piden comida, no piden algo que no les pertenezca, es que les corresponde», defendía. Su fallecimiento es muy sentido en Santiago y en todo su entorno.
Fuente: La Voz de Galicia