Al inicio del Sínodo: ajustar el paso al estilo boanerges

Cuando organizas el camino de Santiago, no es lo mismo que estés pensando en hacerlo solo o acompañado.

Ir solo tiene sus privilegios y sus problemas específicos. Muchos más cuando dejas por un tiempo todo atrás. Pero lo normal en la vida no es ir sólo, o al menos la mayoría busca ir acompañado, aunque sea de un móvil al que conectarse.

Buscamos la compañía porque somos seres sociales, es fácil querer integrarse en un grupo pero, si se trata de caminar y no de estar quieto, hay una actitud básica que es la de ajustar el paso.

Ajustar el paso implica que los más fuertes no pueden correr todo lo que podrían y que los más lentos deben apurar un poco; siempre, siempre, siempre, el grupo que quiere caminar junto va a establecer puntos de encuentro, por si pasa lo que nadie desea y se rompe el contacto.

El estilo boanerges implica tener todo esto presente porque el camino de Santiago es largo, hay que entretener a los fuertes para que no corran, hay que animar a los débiles para que no claudiquen y nuestro apóstol mentor se pasea entre todos usando la potencia del trueno para avisar a los de delante que moderen el ritmo, empujando a los de atrás para que tiren; eso necesita un poco de práctica pero el apóstol lleva siglos en el Camino acompañando al peregrino, como queda atestiguado en el Códice Calixtino que cuenta alguna de las andanzas más increíbles de Santiago en España y en las que aparece su faceta de protector de todos aquellos que nos queramos poner bajo sus pies, a veces tras venir caminando físicamente, a veces tras pasar caminando por las dificultades de la vida, pero siempre aprendiendo de Santiago a ajustar el paso.

Estos días de inicio del Sínodo 21-23 en los grupos de Santiago, a todos nos toca ser un poco “boanerges” animando a los rezagados, avisando a los de delante, estableciendo puntos de encuentro y todos juntos ajustando el paso para llegar a una Iglesia que camine junta.

MAJOLU