Alfredo Losada, vicedelegado de Apostolado Seglar: Crónica de la Asamblea Final Sinodal

Palabras del Nuncio de Su Santidad en España, Bernardito Auza

El entusiasmo en el proceso ha sido excepcional, ha dicho el nuncio en España. La Iglesia en España ha sido movida por el Espíritu Santo, en los diversos ámbitos, haciendo visible una corresponsabilidad en la experiencia sinodal. Los encuentros mantenidos y los trabajos sinodales son una prueba de amor para con la Iglesia en España y el mundo en comunión con el Papa Francisco.

La experiencia de los encuentros ha sido una experiencia de ir juntos con el Señor: todos juntos en sinodalidad y disponibilidad hemos respondido a la invitación del Señor. Que sigamos caminando juntos incluso después del Sínodo de los obispos.

Vídeo mensaje del cardenal Mario Grech

Bienvenido, Pueblo de Dios en salida, en camino. En nombre del equipo sinodal nos brota del corazón un ¡gracias!. Hemos vivido una experiencia de comunión. Esa es la verdadera experiencia sinodal. Los laicos han sido los grandes protagonistas.

Nuestra Iglesia española no partimos de cero: el Congreso de laicos nos ha facilitado este proceso sinodal. Seguimos caminando. El camino por recorrer es: el Espíritu Santo suscita a todos, estamos construyendo las bases de la Iglesia del futuro.

Testimonio del centro penitenciario

Un interno del centro penitenciario de Teixeiro ofreció un testimonio de la reflexión sinodal en la cárcel. En especial, su agradecimiento a Juan, el capellán, por su sonrisa y por hacer que los ruidos dentro de la prisión pudieran desaparecer al menos en el momento de la Eucaristía.
“Para mí el Sínodo ha sido gratificantes, hablar como hermanos, que aunque muchos nos dejaron atrás, la Iglesia no lo había hecho.

Teníamos una amistad más cercana. Hubo seis reuniones, en la que participamos doce compañeros. Por cada pregunta había doce respuestas diferentes, pero en una coincidíamos: guardamos un recuerdo bueno de nuestros párrocos.

Ha sido la ocasión de escucharnos en la Iglesia, porque había sido yo quién me había alejado de la Iglesia. Para mí lo más importante es que necesitamos perdonarnos a nosotros mismos y también perdonar a los demás. Estas reflexiones se las presentamos a don Julián. Nunca es tarde para escoger el camino correcto y para amar y dar gracias a Dios.”

Somos familia que nos reunimos para hacer Iglesia

Ha habido un impacto en los laicos, ha habido grandes experiencias, escuchas y experiencias valiosas en cárceles, en residencias, en alumnado promovido por profesores de religión, etc-
La sensación general es de gratitud, lo más valorado es el proceso mismo, la experiencia de comunión. No se trataba de rellenar un cuestionario, sino una manera de seguir trabajando.
Vivimos un tiempo especial de gracia, es el Espíritu Santo el que inspira, y entendemos que nos llama a una fuerte conversión personal, comunitaria y pastoral. Hay un llamado a vivir una espiritualidad fuerte que nos ayude a madurar en nuestro compromiso. Nos preocupa que la conversión debe afectar a la organización de nuestra Iglesia para que todas las estructuras se vuelvan más misioneras.

Subrayados (a modo de decálogo) de Síntesis

Se destacaron por parte de los asistentes al Encuentro diez puntos: la necesidad de una conversión personal, que nos lleve a la esencia de nuestra misión: evangelizar; una apuesta por impulsar procesos formativos integrales, continuos y permanentes; una renovación de las celebraciones litúrgicas, haciéndolas más participativas y comunitarias; continuar trabajando con espíritu sinodal en la vida diocesana y de toda la Iglesia; el papel de la mujer en la Iglesia: se ve imprescindible su presencia en los órganos de responsabilidad y decisión de la Iglesia; superar el clericalismo “bilateral” (exceso de protagonismo de sacerdotes y defecto en la responsabilidad del laicado); necesidad de promover el acompañamiento, tanto a sacerdotes, como laicos y laicas que trabajan en la vida social; una apuesta decidida por la pastoral rural y por un acercamiento a los jóvenes; la complementariedad de las tres vocaciones y un redescubrimiento del bautismo; la familia como elemento de evangelización.
En definitiva: percibimos que estamos asentando las bases para una nuevo modo de trabajar y de ser Iglesia, y ello ilusiona y anima al Pueblo de Dios que peregrina en España.