La Archidiócesis de Santiago de Compostela en la Asamblea Final Sinodal

El arzobispo de Santiago de Compostela mons. Julián Barrio, su obispo auxiliar mons. Francisco Prieto, así como el delegado de Apostolado Seglar Javier Porro y laicos diocesanos estuvieron presentes esta mañana en la Asamblea final con la que se cierra la fase diocesana del Sínodo 2021-2023, “Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión”.

El momento central del encuentro llegó a las 12.30 h. Es el tiempo marcado para conocer la síntesis final. Isaac Martín, laico de la diócesis de Toledo; Dolores García, presidenta del Foro de Laicos; y Olalla Rodríguez, laica de la Renovación carismática católica son las voces del equipo sinodal que ha redactado este documento a la luz de todas las aportaciones que se han recibido desde las 70 diócesis, de la vida consagrada, movimientos, asociaciones y todos aquellos colectivos o personas individuales que han querido sumarse a esta invitación del papa Francisco.

El acontecimiento eclesial que más gente ha convocado para un trabajo continuado en la Iglesia en España: casi 220.000 personas implicadas

La presentación de esta síntesis es una radiografía de lo que ha supuesto la fase diocesana del Sínodo, el acontecimiento eclesial que ha conseguido convocar a más gente para un trabajo continuado en la experiencia de la Iglesia en España. Ha implicado a casi 220.000 personas, con más de 14.000 grupos, la mayoría en parroquias, pero también en numerosas congregaciones religiosas, regionales, monasterios de clausura, Cáritas diocesanas, movimientos y asociaciones laicales e institutos seculares.

Por eso, lo más valorado ha sido el proceso mismo: una Iglesia que se encuentra para escucharse y ponerse en discernimiento, dando continuidad al camino que se emprendió en el Congreso de Laicos de febrero 2020.

De hecho, este movimiento sinodal comenzó su andadura superando las dificultades de la pandemia y de la falta entusiasmo, especialmente por parte de algunos sacerdotes. Y al terminar el proceso, los grupos han mostrado su profundo agradecimiento por este tiempo vivido: un momento de gracia, construido desde la escucha mutua, activa y respetuosa, la apertura para hablar con franqueza, compartiendo experiencias gratificantes y con intercambios constructivos.

“Id, amigos y hermanos. El Señor os envía como sembradores de la buena semilla del Reino. Ahondad en vuestra participación en el Misterio, para que la Comunión se afiance y ensanche y la Misión se adentre en la espesura de la historia, hasta que Él vuelva”. Con estas palabras del secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Luis Argüello, ha concluido esta tarde la fase diocesana del Sínodo 2021-2023, “Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión”.

 

Crónica del Encuentro a cargo de Alfredo Losada, vicedelegado de Apostolado Seglar

Palabras del Nuncio de Su Santidad en España, Bernardito Auza

El entusiasmo en el proceso ha sido excepcional, ha dicho el nuncio en España. La Iglesia en España ha sido movida por el Espíritu Santo, en los diversos ámbitos, haciendo visible una corresponsabilidad en la experiencia sinodal. Los encuentros mantenidos y los trabajos sinodales son una prueba de amor para con la Iglesia en España y el mundo en comunión con el Papa Francisco.

La experiencia de los encuentros ha sido una experiencia de ir juntos con el Señor: todos juntos en sinodalidad y disponibilidad hemos respondido a la invitación del Señor. Que sigamos caminando juntos incluso después del Sínodo de los obispos.

Vídeo mensaje del cardenal Mario Grech

Bienvenido, Pueblo de Dios en salida, en camino. En nombre del equipo sinodal nos brota del corazón un ¡gracias!. Hemos vivido una experiencia de comunión. Esa es la verdadera experiencia sinodal. Los laicos han sido los grandes protagonistas.

Nuestra Iglesia española no partimos de cero: el Congreso de laicos nos ha facilitado este proceso sinodal. Seguimos caminando. El camino por recorrer es: el Espíritu Santo suscita a todos, estamos construyendo las bases de la Iglesia del futuro.

Testimonio del centro penitenciario

Un interno del centro penitenciario de Teixeiro ofreció un testimonio de la reflexión sinodal en la cárcel. En especial, su agradecimiento a Juan, el capellán, por su sonrisa y por hacer que los ruidos dentro de la prisión pudieran desaparecer al menos en el momento de la Eucaristía.
“Para mí el Sínodo ha sido gratificantes, hablar como hermanos, que aunque muchos nos dejaron atrás, la Iglesia no lo había hecho.

Teníamos una amistad más cercana. Hubo seis reuniones, en la que participamos doce compañeros. Por cada pregunta había doce respuestas diferentes, pero en una coincidíamos: guardamos un recuerdo bueno de nuestros párrocos.

Ha sido la ocasión de escucharnos en la Iglesia, porque había sido yo quién me había alejado de la Iglesia. Para mí lo más importante es que necesitamos perdonarnos a nosotros mismos y también perdonar a los demás. Estas reflexiones se las presentamos a don Julián. Nunca es tarde para escoger el camino correcto y para amar y dar gracias a Dios.”

Somos familia que nos reunimos para hacer Iglesia

Ha habido un impacto en los laicos, ha habido grandes experiencias, escuchas y experiencias valiosas en cárceles, en residencias, en alumnado promovido por profesores de religión, etc-
La sensación general es de gratitud, lo más valorado es el proceso mismo, la experiencia de comunión. No se trataba de rellenar un cuestionario, sino una manera de seguir trabajando.
Vivimos un tiempo especial de gracia, es el Espíritu Santo el que inspira, y entendemos que nos llama a una fuerte conversión personal, comunitaria y pastoral. Hay un llamado a vivir una espiritualidad fuerte que nos ayude a madurar en nuestro compromiso. Nos preocupa que la conversión debe afectar a la organización de nuestra Iglesia para que todas las estructuras se vuelvan más misioneras.

Subrayados (a modo de decálogo) de Síntesis

Se destacaron por parte de los asistentes al Encuentro diez puntos: la necesidad de una conversión personal, que nos lleve a la esencia de nuestra misión: evangelizar; una apuesta por impulsar procesos formativos integrales, continuos y permanentes; una renovación de las celebraciones litúrgicas, haciéndolas más participativas y comunitarias; continuar trabajando con espíritu sinodal en la vida diocesana y de toda la Iglesia; el papel de la mujer en la Iglesia: se ve imprescindible su presencia en los órganos de responsabilidad y decisión de la Iglesia; superar el clericalismo “bilateral” (exceso de protagonismo de sacerdotes y defecto en la responsabilidad del laicado); necesidad de promover el acompañamiento, tanto a sacerdotes, como laicos y laicas que trabajan en la vida social; una apuesta decidida por la pastoral rural y por un acercamiento a los jóvenes; la complementariedad de las tres vocaciones y un redescubrimiento del bautismo; la familia como elemento de evangelización.
En definitiva: percibimos que estamos asentando las bases para una nuevo modo de trabajar y de ser Iglesia, y ello ilusiona y anima al Pueblo de Dios que peregrina en España.