Aquí estoy, Señor

Nos llamas a dar fruto, y fruto abundante. Conocemos nuestra flaqueza, nuestra pobreza. También nuestros miedos ante este mundo que a veces nos cuesta comprender. Pero miramos a los santos, a aquellos que confiaron en Ti totalmente; que con sencillez se dejaron hacer por Ti instrumentos tuyos. Aquí estamos, Señor, haz con nosotros tu voluntad. Queremos seguir tu camino con fidelidad, cumplir cuanto esperas de nosotros. Enamóranos de Ti, Señor, para ser cada día más tuyos.

Nana AngaritaAquí estoy, Señor  https://youtu.be/GTY22069mi0

Elena Fernández Andrés · https://twitter.com/poverellacm

 

Continuamos nuestro camino hacia Pentecostés… Hoy Jesús nos hace una declaración de amor. Está próxima su pasión y muerte. Nos habla de su amor por nosotros y nos llama amigos. Él ya había hablado de su muerte y anunciado su resurrección. El sueño del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo no es un cortejo de hombres, mujeres y niños con la cruz a cuestas, sino de gente que se encamina hacia una vida fecunda y alegre. Una vida que cuesta un precio de fidelidad y perseverancia; pero, también, un precio de dulzura y de luz. Porque el Reino de Dios está cerca y el Espíritu Santo se acerca a regalarnos sus dones para que podamos comprender mejor las cosas del Cielo y no miremos solo las cosas de la Tierra. Seguimos con nuestros brazos levantados, porque el Padre se acerca y Él ya sabe lo que necesitamos.

Nosotros, Jesús, queremos responder a tu declaración de amor. Jesús, Tú eres Amor crucificado; el amor ha escrito su relato sobre tu cuerpo, entregado hasta el extremo por mí. Jesús, Tú eres Amor desarmado, que no se impone nunca, que nunca has entrado en los palacios de los poderosos sino como prisionero, que has dicho: Dichosos los mansos, los pacíficos, los desarmados…. Tú eres, Jesús,  Amor que vencela única fuerza invencible.

La Pascua prueba que la violencia no es señora, que la muerte no es dueña de la historia: le falta un cuerpo a la contabilidad de la muerte, sus cuentas son negativas. Tú eres Amor victorioso en un tercer día, que para todos también llegará. Tú eres, Jesús, Amor inseparable. Repetimos con Pablo: Sé que nada, ni vida ni muerte, ni ángeles ni demonios, ni fuego ni espada, ni tiempo ni eternidad, nos separará del amor de Cristo (Rom 8, 37-39). Nada y nunca; dos palabras totales. Nada y nunca nos separará de Ti: Amor crucificado, Amor desarmado, Amor inseparable, Amor victorioso. ¡Aquí estoy, Jesús!

Montse de Javier · Comunidade Caná