Boiro volverá a llenarse de coloridas flores para recibir la tradicional celebración del Santísimo Sacramento

Julio Cárdenas, administrador parroquial de la iglesia de Santa Baia, cuenta que los feligreses llevan ya una semana trabajando cortando el verde y que en los grupos están participando personas de todas las edades, desde niños de catequesis hasta gente mayor, así como los miembros de la Irmandade do Cristo da Misericordia.

La tradicional procesión se celebrará el día 25 de junio a las 20:45 horas, justo después de la misa, y recorrerá las calles Principal, Bao y Cruceiro, para regresar de nuevo al templo boirense, haciendo varias paradas en el camino para la oración de todos los presentes. Esta vez, las alfombras ocuparán la totalidad del atrio de la iglesia, así como la parte delantera, en la que se instalará un altar especial para la ocasión.

La importancia de esta celebración es tan grande para la parroquia que estará presidida por el arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto Fernández. Cárdenas afirma que se espera una amplia asistencia debido a las buenas previsiones meteorológicas y que la gente está especialmente emocionada este año con la celebración que, por otra parte, supone el pistoletazo de salida para las fiestas de verano de Boiro, que siempre se celebran el fin de semana posterior a esta cita, en la que, según el dogma cristiano, lo que se honra este domingo es a Jesús en el sacramento de la eucaristía.

Ardua tarea

El proceso de preparación de las alfombras va mucho más allá de la colocación de los materiales sobre el suelo para el día grande, pues lo que más trabajo da a los parroquianos es cortar todas las flores necesarias y clasificarlas según tipología y color. Para esto, los voluntarios van por las casas pidiendo plantas a los vecinos, que servirán para la preparación de estas obras de arte efímeras.

Como todos los años, el único testimonio no perecedero que dará cuenta de la labor de los boirenses serán las miles de fotos que saquen residentes y visitantes, pues son muchos curiosos los que deciden salir a la calle o asomarse a los balcones para ver la procesión.

 

Fuente: La Voz de Galicia