Caritas vs coronavirus

La actividad de CÁRITAS en la diócesis de Santiago es un buen ejemplo de que LA CARIDAD NO CIERRA no es un lema bonito para tiempos de alarma… Aunque físicamente nos encontremos muchas puertas cerradas ya desde hace unos días, la ONG de la Iglesia mantiene buena parte de sus programas y servicios de atención a la gente que más lo necesita. El albergue provisional que se ha instalado en el Seminario Menor de Belvís ha obligado a desviar allí algún personal que venía ya trabajando en Cáritas con las personas sin hogar en Santiago: tres han ido allí para atender a las 15 personas que están acogidas desde el martes pasado. Se trata de educadores, porque lo que tiene que ver con la intendencia, comida, limpieza… se encargan las empresas contratadas por el concello y el propio seminario.

 Se ha reconvertido en albergue para transeúntes la zona donde residen los seminaristas: unas 20 habitaciones individuales que para muchos de los que ahora las ocupan les ofrecen una calidad de vida que hace mucho tiempo no podían disfrutar.

 La acogida se mantendrá mientras dure la alarma sanitaria. Comentaba el director de Cáritas, Anuncio Mouriño, que esperan que esta experiencia pueda servir también para que muchas de estas personas puedan plantearse “resetear su vida”. La sociedad también tiene que “arrimar el hombro”.

 Pero además de este servicio extraordinario en Belvís, unas 200 personas están siendo atendidas por Cáritas diocesana

Hay  personas mayores que trabajan como voluntarios en Cáritas, que no han querido dejar su labor de reparto de ayuda. Lo están haciendo respetando las medidas de seguridad, citando a la gente para que no haya aglomeraciones en los locales. El piso de acogida a mujeres víctimas de trata, Vagalume, también mantiene actividad con dos personas, que atienden también previa cita, y en Vieiro, el centro de atención a pesonas sin hogar, ha bajado notablemente la asistencia porque muchos de los usuarios están en estos momentos acogidos en el albergue provisional que se abrió en Belvís: unas 9 personas siguen acudiendo periódicamente, por ejemplo, para poder lavar su ropa, o para recibir algún servicio de asesoría.

Patricia Iglesias
COPE