Día grande de A Xunqueira de Cee

Al igual que sus antepasados habían calmado con fe la espera desde 1809 a 1812 para reconstruir el santuario, los vecinos del Cee actual aguardaban con la misma pasión a que volviera la procesión de siempre, multitudinaria y sin restricciones. Porque, pese a los intentos que se llevaron a cabo durante la pandemia, llevaba sin verse una procesión de la Xunqueira como la de ayer desde, por lo menos, el 2019. Ya media hora antes de la salida de la iglesia, varios cientos de personas se aglutinaban en el exterior para acompañar a San Roque y a su patrona en una caminata que duró algo más de una hora y a la que se fueron uniendo cada vez más devotos.

Desde la iglesia parroquial fue hacia la alameda y siguió hasta el colegio Manuela Rial para volver hasta el santuario entre las concurridas calles, engalanadas con las flores que caían desde las ventanas y los balcones.

A las 12.15 horas llegaba el momento más esperado: la entrada en una iglesia abarrotada. Dentro no cabía ni un alfiler y fuera la multitud reunía a cerca de medio millar de personas. Ocho costaleros traían a San Roque y otros 10 a la Virxe da Xunqueira, la más aclamada por la muchedumbre. «¡Viva la Xunqueira, viva San Roque!», gritaban los vecinos y vecinas mientras se podía vislumbrar alguna lágrima corriendo por los emocionados rostros. Una nueva traca de bombas y los últimos acordes de la banda dieron entonces paso a una misa principal que presidió el mismísimo cardenal Rouco Varela, acompañando al párroco local, Desire Kouakou, uno de los grandes artífices de que Cee fuese condecorado con este año jubilar.

Una distinción que se notó en esta vuelta a la normalidad y que propició la primera danza de espadas, aunque la devoción y la pasión que derrocha Cee por su patrona no entienda de parones.

 

Fuente: La Voz de Galicia