Diario de Un peregrino: La Dignidad

Querido diario: ¡mira que llueve! Pero tú y yo nos hemos decidido a caminar. “Chova, neve ou quente o sol”, como dicen por Galicia. Hay una idea que me tienta, a medida que avanzan los kilómetros y el cansancio: ¿por qué no buscamos a alguien que haga el Camino por nosotros? Ya sé que tú lo consideras una traición pero, viendo a esos “mercenarios” que se ofrecen en la red para suplantar a los universitarios en los exámenes virtuales… por 50- 70 euros, aprobado garantizado… ¿y una Compostela?

No te hace ninguna gracia, ¿verdad? Se desvirtúan los exámenes y también los valores e integridad de los profesionales del mañana. Los paisajes verdes y húmedos de esta época del año me recuerdan a los pantanos del Mississipi, donde se forjó la leyenda de unos campesinos pobres que se rebelaron contra la opresión de los ricos terratenientes sureños, envueltos en una terca guerra contra los “unionistas” del Norte.

Allí destacó la figura de Newton Knight, un pobre granjero, líder de las revueltas en el condado de Jones, empeñado en la libertad del ser humano respecto de los que querían la guerra, la esclavitud o el abuso del pobre para obtener beneficios. Amigo diario, voy a recoger en tus páginas una frase con derechos de autor. No te violentes: cito la fuente.

Extracto de la película “The free State of Jones” (traducida como “Los hombres libres de Jones”):  “Sr. Moses, ¿qué crees?” “Soy un hombre libre.” “Y eso, ¿por qué?” “Porque nadie es dueño de un hijo de Dios.” “No. Nadie lo es. Se es dueño de un caballo, de una mula, de una vaca o un buey. Pero nadie es dueño de un hijo de Dios.” Yo también camino libre.

Manuel Á. Blanco