El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, presidió el Domingo de Ramos, en la catedral, la solemne ceremonia litúrgica con la que dio comienzo el itinerario cultual de la Semana Santa en la ciudad del Apóstol. En el claustro de la catedral, debido a las inclemencias meteorológicas, se tuvo que proceder a la Bendición de los Ramos, un acto en el que D. Julián prestó especial atención a los niños y niñas que estaban presentes. En su homilía de la Eucaristía, tras la escucha de la lectura de la Pasión del Señor, el arzobispo dijo que “en Jesús vemos al hombre herido por el mal que se manifiesta en las guerras, las violencias, la corrupción, los crímenes contra la vida humana y contra la creación. En él encontramos el ejemplo del siervo fiel siempre dispuesto a sufrir por evitar el sufrir a los demás y manifestarnos el amor de Dios!.
Monseñor Barrio indicó, también, que “el Hijo de Dios sigue sufriendo cuando no acompañamos al que sufre, cuando acusamos injustamente a los que denuncian nuestra pasividad y conformismo, cuando no defendemos la causa de la justicia por miedo a las consecuencias que pueda traernos, cuando nos inhibimos ante la defensa de la verdad, cuando miramos a otro lado distinto de donde están los descartados de nuestra sociedad, cuando nos confiamos a nuestra autosuficiencia”. El arzobispo invitó a todos los diocesanos a vivir “la Semana Santa como seguidores de Jesús y no como meros espectadores”.
Foto: @SSantaSantiago