El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, presidió ayer lunes la Eucaristía con la que el Instituto Teológico Compostelano (ITC) y el Instituto Superior Compostelano de Ciencias Religiosas (ISCCR) daban comienzo al curso académico 2017-18. Don Julián dijo en su homilía que “las instituciones académicas diocesanas han de colaborar a erradicar todo tipo de fariseísmo y a entender el compromiso pastoral a través de la reflexión teológica y filosófica que es presupuesto y ayuda en el ejercicio de la misión eclesial, reconociendo que el quehacer teológico exige la fe, y “el verdadero conocimiento, que nunca es fruto de razonamientos asépticos, sino de una intuición contemplativa”.
Aludía con ello a la reflexión sobre la lectura del Evangelio de la misa de inicio de curso, en la que, recordó que “vemos cómo la cerrazón legalista de los fariseos genera hostilidad hacia Jesús: “Estaban al acecho” pero realiza el milagro en la sinagoga, cátedra de la ley y la moral judaica. “Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús”. La actitud de Jesús es el diálogo: “Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿salvar a uno o dejarle morir?”. El silencio de los fariseos indica que no tienen respuesta. Su religión no es la de las personas y sus problemas espirituales y materiales sino la del cumplimiento de la ley, caiga quien caiga. Piensan que el hombre es para el sábado y no asumen la actitud de la misericordia. Sin el amor a Dios en Cristo y el amor cristiano efectivo al prójimo, no se supera el vacío antievangélico del legalismo farisaico”.
El arzobispo pidió a toda la comunidad educativa que buscase “sempre a verdadE” y que colaborase a la “comprensión do maxisterio da Igrexa, evitando as veleidades da condición humana. O rigor científico, a humildade e o entusiasmo han de ser as características da ensinanza e aprendizaxe (PDV 67). É preciso evanxelizar a nosa interioridade e seguir buscando a verdade para conseguir a sabedoría que consiste en coñecer con certeza a orixe de todas as verdades, que é Deus, e en afondar constantemente o sentido da verdade, base da xustiza, do respecto, da dignidade e da liberdade, para formar verdadeiros cristiáns que sexan homes de diálogo, rectos e servizais, para ser felices e facer felices os demais”.
Lección inaugural
Al finalizar la Eucaristía, celebrada en la Capilla del Seminario Mayor, el Aula Magna del ITC acogió el acto académico de apertura del curso escolar. El secretario del centro, Francisco Buide, dio lectura a la Memoria del pasado curso en la que se recogieron todas las actividades llevadas a cabo por las instituciones docentes de la Archidiócesis.
Estaba presente, además, el director del Instituto Teológico Compostelano, Segundo Pérez López.
La lección inaugural corrió a cargo del profesor Roberto Martínez Díaz, quien disertó sobre “Anotaciones sobre la dimensión antropológica de la Fe”. En su intervención, Roberto Martínez hizo un repaso de los elementos constitutivos del acto de fe, habló sobre la relación entre Dios y el hombre y explicó los presupuestos antropológicos de la fe. El profesor del ITC aludió a la dimensión racional del acto de creer y destacó la importancia vital que tiene para el creyente una adhesión existencial a la fe, con la centralidad del seguimiento de Cristo. Roberto Martínez explicó también en su lección inaugural la relación entre fe y eternidad y se refirió a dimensiones hermenéutica, práctica y escatológica de la fe.