Con gran devoción y participación de fieles, esta tarde culminó la Novena del Nazareno en el Nuevo Templo de Marín. La ceremonia, organizada por la Cofradía Penitencial Nuestro Padre Jesús Nazareno, marcó el final de esta tradición de una semana con la eucaristía presidida por el Arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Francisco Prieto. Este día especial, conocido como el “Día de las Tres Gracias,” tuvo un significado singular para los fieles al coincidir con el inicio del tiempo litúrgico de la Cuaresma.
Recepción solemne y eucaristía
El arzobispo fue recibido con honores a las puertas del templo por la banda de cornetas y tambores de la cofradía, miembros del cabildo y autoridades especialmente invitadas para esta ocasión. En la Eucaristía, mons. Prieto estuvo acompañado por el párroco, David Mohedano, así como por otros sacerdotes de la zona. En el transcurso de la celebración, tuvo lugar un acto significativo en el que los nuevos cofrades fueron solemnemente presentados por un miembro del cabildo.
La figura de Jesús Nazareno
En su homilía, Mons. Prieto Fernández destacó la figura de Jesús Nazareno como guía espiritual durante la Cuaresma, invitando a los presentes a reflexionar sobre el significado de seguir al crucificado. Subrayó que “es mirando al Nazareno, al que porta su cruz, como toma sentido el horizonte hacia el que nos encaminamos”. El arzobispo también recordó la importancia del Jubileo romano del año 2025, haciendo referencia a la llamada del Papa Francisco a caminar unidos en esperanza.
El prelado compostelano explicó que la Cuaresma puede entenderse como un “nuevo éxodo“, un tiempo de transformación espiritual en el que se dejan atrás las esclavitudes del corazón para alcanzar la libertad de los hijos de Dios. Citó al profeta Isaías al reflexionar sobre el ayuno agradable a Dios, definiéndolo como un compromiso activo con la justicia, la solidaridad y el cuidado de los demás.
“Soltar las cadenas injustas, desatar las correas del yugo, liberar a los oprimidos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo”, recordó el arzobispo, en una invitación a vivir un ayuno auténtico y comprometido.
Compromiso con la comunidad y los valores cristianos
Mons. Prieto Fernández destacó que pertenecer a la Cofradía de Jesús Nazareno no es simplemente estar inscrito en una lista, sino asumir un compromiso de vida con el ejemplo de Cristo.
En este sentido, el arzobispo animó a los feligreses a convertirse en “cireneos”, dispuestos a ayudar a los que cargan con cruces en sus vidas, especialmente a aquellos que sufren y se encuentran marginados.
El “Día de las Tres Gracias” y la apertura del templo
La jornada destacó además por mantener abiertas las puertas del Nuevo Templo de forma continuada, desde las 10 de la mañana hasta la medianoche. Esto permitió a los fieles acercarse a las “Tres Gracias” que da nombre al día: gratitud, perdón y la fortaleza para seguir adelante. Esta tradición, profundamente enraizada en la espiritualidad marinense, convierte al “Día de las Tres Gracias” en una fecha emblemática del calendario religioso local.
Llamada a la unidad en esperanza y fe
Mons. Prieto Fernández finalizó su homilía animando a la comunidad parroquial a caminar juntos hacia la Pascua, en esperanza y fraternidad, recordando las palabras del Papa Francisco: “Caminar es desinstalarse, hacerlo juntos y hacerlo en esperanza.” Destacó que Jesús Nazareno “se regala ahora hecho pan de vida y se hace pan de vida para el camino, pan de Eucaristía para que con él y tras él caminemos.”
La Novena del Nazareno finalizó con un ambiente de recogimiento, fe y compromiso renovado por parte de los fieles, quienes esperan vivir la Cuaresma como una verdadera preparación para el gozo de la Pascua.