El claustro de profesores del Colegio La Inmaculada de Marín en A Raiña

“Servir con alegría requiere paciencia y confianza”.

Con esta convicción, el claustro de profesores del Colegio La Inmaculada de Marín nos reunimos el pasado 30 de junio en Raíña (Mesía) para agradecer juntos lo vivido este curso, reencontrarnos como equipo y renovar nuestro compromiso de educar con espíritu vicenciano.

La jornada comenzó en la sede de la Asociación Ríiña Paraíso, en Vilasantar; donde, acompañados por Raquel, visitamos la huerta ecológica y recordamos la importancia de sembrar con paciencia en cada alumno, confiando en que cada semilla dará fruto a su tiempo.

Ya en Raíña, Víctor Blanco Naveira nos recibió y nos mostró un proyecto que encarna el carisma vicenciano, dedicado al cuidado de personas en situación de vulnerabilidad, ofreciéndoles un hogar donde cada vida es acogida con dignidad, respeto y ternura.

El día culminó con una Eucaristía de acción de gracias, donde presentamos al Señor las alegrías, los esfuerzos y los aprendizajes de este curso, recordando que la paciencia y la confianza en Él nos sostienen cada día.

Para finalizar este intenso y emotivo día, compartimos una comida sencilla y festiva, disfrutando de la alegría de sentirnos comunidad al estilo de San Vicente y Santa Luisa.

Regresamos a Marín con el corazón agradecido y el deseo de seguir construyendo, juntos, un colegio donde cada niño y cada familia se sienta en casa, llevando con nosotros las palabras de Víctor: “Nunca dejes de soñar”.

Que el curso que dejamos atrás nos anime a seguir soñando juntos, sembrando esperanza con paciencia y confianza, y construyendo cada día un lugar de acogida para todos.

Con esta convicción, o claustro de profesores do Colexio La Inmaculada de Marín reunímonos o pasado 30 de xuño na Raíña (Mesía) para agradecer xuntos o vivido este curso, reencontrarnos como equipo e renovar o noso compromiso de educar con espírito vicenciano.

A xornada comezou na sé da Asociación Raíña Paraíso, en Vilasantar; onde, acompañados por Raquel, visitamos a horta ecolóxica e lembramos a importancia de sementar con paciencia en cada alumno, confiando en que cada semente dará froito ao seu tempo.

Na Raiña (Mesía), Víctor Blanco Naveira recibiunos e mostrounos un proxecto que encarna o carisma vicenciano, dedicado ao coidado de persoas en situación de vulnerabilidade, ofrecéndolles un fogar onde cada vida é acollida con dignidade, respecto e tenrura.

O día culminou cunha Eucaristía de acción de grazas, onde presentamos ao Señor as alegrías, os esforzos e as aprendizaxes deste curso, lembrando que a paciencia e a confianza nel nos sosteñen cada día.

Para finalizar este intenso e emotivo día, compartimos unha comida sinxela e festiva, gozando da alegría de sentirnos comunidade ao estilo de San Vicente e Santa Luisa.

Regresamos a Marín co corazón agradecido e o desexo de seguir construíndo, xuntos, un colexio onde cada neno e cada familia se sinta na casa, levando connosco as palabras de Víctor: “Nunca deixes de soñar”.

Que o curso que deixamos atrás nos anime a seguir soñando xuntos, sementando esperanza con paciencia e confianza, e construíndo cada día un un lugar de acollida para todos.

Fuente: Colegio La Inmaculada de Marín