Si Cuando queremos pedir algo a los hombres poderosos no nos atrevemos a hacerlo sino con humildad y respeto, con cuánta mayor razón deberemos presentar nuestra súplica al Señor, Dios de todos los seres, con verdadera humildad y con el más puro abandono. Y pensemos que seremos escuchados no porque hablemos mucho, sino por nuestra pureza de corazón y por las lágrimas de nuestra compunción. Por eso, la oración ha de ser breve y pura, a no ser que se alargue por una especial efusión que nos inspire la gracia divina. Mas la oración en común abréviese en todo caso, y, cuando el superior haga la señal para terminarla, levántense todos a un tiempo.
(REGLA de san BENITO capítulo XX: La reverencia en la oración)
9:00-9:10: oración de Tercia.
Las 9 de la mañana era la hora tercera según el cómputo romano, y san Benito es del s. VI… Invocamos con toda la Iglesia el don del Espíritu antes de iniciar las tareas. Oración breve, jaculatoria de la Iglesia a su Esposo.
Necesitamos el don del Espíritu, es Él quien nos guía: “En el alto gozoso del camino demos gracias a Dios que nos concede la esperanza sin fin del don divino. Todo lo puede en Él quien nada puede”. Con esta confianza y tan buen Aliado, ¡nos comemos el día! Y nos atrevemos a pedirle todo a nuestro Amado.