El pasado fin de semana se celebraron en Madrid las XVIII Jornadas Nacionales del voluntariado de Pastoral Penitenciaria, en las que participaron casi 60 voluntarios. Las ponencias giraron en torno a la revisión de la identidad y la espiritualidad de los voluntarios que ejercen su vocación en las cárceles.
En las conclusiones, los asistentes constataron que la Pastoral Penitenciaria necesita mayor presencia en la iglesia local y diocesana y en la sociedad”. En este sentido se consideró imprescindible el apoyo de los medios de comunicación social ya que “sólo desde un mayor conocimiento y reconocimiento podremos conseguir políticas más positivas para la futura reinserción y normalización de las personas privadas de libertad.
En esas conclusiones hay un mensaje dirigido a las personas en prisión. En él los voluntarios enumeran una serie de actitudes que se comprometen a mantener. Entre otras, ser compasivos pero no paternalistas, ser agentes de reconciliación dentro de la cárcel, tener los ojos abiertos para “valorar a la persona como es, sin prejuicios ni valoraciones previas” y ser agentes de transformación.
También se dirigen los voluntarios a la Iglesia, a la que le recuerdan que “la Pastoral Penitenciaria necesita mayor conocimiento en la pastoral de conjunto de la Iglesia. Necesita mayor presencia en los medios de comunicación social eclesiales”. Entre otros objetivos, se fijan “ser testigos de evangelización en grupos y movimientos de Iglesia”.
Por último, los voluntarios se comprometen con la sociedad en general a ser “puente entre la prisión y la sociedad, entre el interno y su familia”. Y ser “ojos abiertos para la sociedad” para superar los prejuicios.
A continuación se adjunta el documento con las conclusiones del encuentro.