- Manos Unidas reclama con una nueva campaña el derecho a la alimentación de todas las personas
«En Santiago, y en general en Galicia, la población es muy solidaria. Creo que esa actitud tiene que ver con el pasado de emigración, con que hubo desarraigo y también pobreza; eso hace que se empatice de una forma más contundente con los países pobres», afirma Judith Lucachesky José, argentina con ascendencia gallega. Desde abril es delegada de Manos Unidas en Santiago, tras finalizar la etapa de María José Fernández. Judith está desde el 2005 en la entidad, con la que contactó en los 8 años que pasó en Noia, y se ocupa de su primera campaña anual en Compostela. «Es una actividad que se repite hace 59 años, para sensibilizar a la sociedad por los millones de personas en el mundo que sufren las consecuencias de esa lacra que es el hambre», explica.
Este año finalizan una iniciativa trienal, que comenzó en el 2016. «Se ha tratado de profundizar sobre las causas y posibles soluciones del hambre, retomando con mucha fuerza el origen fundacional de Manos Unidas. Este año el lema es Comparte lo que importa, y la actuación se orienta a este tiempo en el que los medios de comunicación facilitan compartir cosas todo el día, para que nos preocupemos por las causas del hambre, y colaboremos en su erradicación. Lo que proponemos es compartir propuestas de cambio, reclamar el derecho a una alimentación adecuada de todas las personas, para lograr un mundo más justo», explica.
Entre esas propuestas se refiere a «experiencias e iniciativas que tienen que ver con la posibilidad de acceso a los recursos de personas y pueblos empobrecidos, promocionando prácticas de producción sostenibles, formando líderes en sus comunidades, y apoyando a pequeños agricultores, que son responsables de dos tercios de la alimentación mundial. Otra forma sería promover un consumo más responsable y sostenible en nuestra sociedad y denunciar la especulación con los alimentos, que se han convertido en una moneda de cambio e incluso se llegan a destruir para que suban los precios; eso contribuye a incrementar el dolor y el sufrimiento de los más pobres. Por eso se propone cambiar estilos de vida y comprometernos a reducir el despilfarro y derroche de alimentos, pues eso lleva a la calamidad que es el hambre».
El lanzamiento oficial de la campaña es el viernes. Pero al coincidir con fechas de carnaval, se han repartido los actos en diversos días. «En Santiago ha comenzado el viernes [anteayer] en las parroquias de Fontiñas y del Pilar. En Fontiñas participó mucha gente, y ofreció una charla María Potel, una voluntaria que estuvo el año pasado en Etiopía y contó su experiencia y cómo es la ayuda de Manos Unidos para que la comunidad salga adelante y supere las dificultades. Hubo cenas simbólicas de pan y agua, para intentar de algún modo ponerse en la piel de quien sufre hambre y ayuno involuntario día tras día. Fue muy interesante. Los próximos días nos visita Gabriel Domingo Rodríguez Redondo, misionero en Zambia, para relatar cómo se vive en ese país y dar testimonio de lo que hace Manos Unidas allí. Visitará centros educativos, dará charlas en distintas parroquias y el jueves, en el auditorio Abanca de la rúa do Vilar; y estará en la parroquia de Conxo el próximo domingo. Aquí la campaña se cierra el 16 de febrero en la parroquia de San Fernando».
Judith sostiene que «en Santiago no se ve hambre extrema, como en comunidades de los países empobrecidos, pero se viven otras formas de pobreza que tienen que ver con la sociedad, con la falta de ciertos valores, hay marginalidad de muchas personas. Lo vemos en la gente pidiendo en las calles y en otras situaciones».
Delegada. Judith es desde abril delegada de Manos Unidas en Santiago.
La campaña. «Comparte lo que importa» finaliza un trienio de sensibilización.
En Santiago. Comenzó el viernes en las parroquias de Fontiñas y del Pilar. Finaliza el 16 en la de San Fernando.
Fuente: Joel Gómez | La Voz de Galicia
Foto: Xoán A. Soler