La Archidiócesis de Santiago de Compostela recuerda y agradece la vida y ministerio del Papa Francisco

  • El arzobispo Francisco Prieto destaca el legado del pontífice fallecido y lo encomienda a la misericordia del Padre: “Un don de Dios para la Iglesia”

El martes, 29 de abril, la Catedral de Santiago de Compostela acogió a cientos de fieles procedentes de toda la diócesis para rendir homenaje y expresar gratitud por la vida, el legado y el ministerio del Papa Francisco. En un ambiente de profunda solemnidad y recogimiento, se celebró la misa funeral por el Papa, quien partió a la casa del Padre el pasado 21 de abril.

A las 17:00 horas comenzó la celebración presidida por el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Francisco José Prieto Fernández. Concelebraron junto a él el arzobispo emérito de Santiago, monseñor Julián Barrio Barrio; el arzobispo emérito de Tánger, monseñor Santiago Agrelo Martínez, así como un nutrido grupo de sacerdotes. Entre los asistentes se encontraban autoridades civiles, políticas y militares, así como representantes de la vida consagrada, movimientos eclesiales, seminaristas y numerosos laicos.

Desde mucho antes del inicio de la ceremonia, la Catedral se fue llenando en un silencio sobrecogedor y respetuoso. Bajo el altar mayor, un retrato del Papa Francisco evocaba sus doce años de pontificado al frente de la Iglesia.

Un mosaico de fe y unidad

Mons. Prieto comenzó su homilía agradeciendo la presencia de los fieles reunidos en la Catedral y resaltó la diversidad del pueblo de Dios, “como las teselas de un mosaico”, que reflejan la belleza y singularidad de la Iglesia en su caminar por las tierras de Santiago de Compostela. Invitó a todos a reconocerse como “ese pueblo de Dios en camino, convocado en una diversidad de vocaciones, pero en una vocación primera fundamental: llamados a ser discípulos de un único maestro”.

El Papa Francisco: testimonio de misericordia y esperanza

El arzobispo recordó con especial emoción el legado del Papa Francisco, un pastor que supo llevar la luz de Cristo a las periferias, tanto geográficas como existenciales. Mons. Prieto destacó que el pontífice vivió su “Pascua definitiva” y lo confió a “esa misericordia incansable del Padre, que no se cansa de perdonar porque no se cansa de amarnos”.

En sus palabras, el prelado compostelano subrayó que el Papa Francisco no solo predicó el Evangelio, sino que lo vivió a través de sus gestos y decisiones, inspirando a la Iglesia a mirar más allá de las fronteras y a caminar junto a los más vulnerables.

El arzobispo reflexionó sobre la elección del Papa Francisco en marzo de 2013, cuando el entonces arzobispo de Buenos Aires fue llamado a convertirse en el nuevo Pedro de la Iglesia. “Tenemos que reconocer y agradecer una vez más el don que Dios da a su iglesia en el Pedro que lo fue durante estos 12 años”. En este sentido, recordó cómo el Papa Francisco comenzó su pontificado anunciando “aquella alegría del Evangelio que brota precisamente del encuentro con Cristo”.

La alegría del evangelio y las periferias

Mons. Prieto también habló sobre la visión del Papa Francisco sobre la misión de la Iglesia. Así, afirmó que las enseñanzas del Papa estuvieron impregnadas de una “dulce y confortadora alegría de anunciar el Evangelio”, en palabras inspiradas por San Pablo VI. Esta alegría no se limitó a palabras, sino que se manifestó en acciones concretas, llevando la esperanza y el amor de Cristo a las periferias del mundo. “El Papa nos llevó hasta las periferias, no como una cuestión de distancia, sino de proximidad, en aquel prójimo que tienes cercano”, subrayó el arzobispo, evocando la parábola del buen samaritano.

Además, Mons. Prieto destacó que el Papa Francisco nos invitó a vivir la santidad en la cotidianidad, en lo que llamó “la santidad de los santos de la puerta de al lado“. Esta llamada abarcaba desde la vida familiar hasta el cuidado de la casa común, promoviendo un compromiso activo con la creación y la sociedad. “No es una vocación de altura para unos pocos, sino el camino cotidiano para el cristiano”, afirmó el arzobispo, reiterando las enseñanzas del pontífice.

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La Archidiócesis de Santiago de Compostela recuerda y agradece la obra y ministerio del Papa Francisco. El martes, 29 de abril, la Catedral de Santiago de Compostela acogió a cientos de fieles procedentes de toda la diócesis para rendir homenaje y expresar gratitud por la vida, el legado y el ministerio del Papa Francisco. En un ambiente de profunda solemnidad y recogimiento, se celebró la misa funeral por el Papa, quien partió a la casa del Padre el pasado 21 de abril. A las 17:00 horas comenzó la celebración presidida por el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Francisco José Prieto Fernández. Concelebraron junto a él el arzobispo emérito de Santiago, monseñor Julián Barrio Barrio; el arzobispo emérito de Tánger, monseñor Santiago Agrelo Martínez, así como un nutrido grupo de sacerdotes. Entre los asistentes se encontraban autoridades civiles, políticas y militares, así como representantes de la vida consagrada, movimientos eclesiales, seminaristas y numerosos laicos. #archicompostela #papafrancisco #monsfranciscoprieto

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Esperanza

Mons. Prieto terminó su homilía con un mensaje de esperanza para la Iglesia y para el mundo. Confió en que el Espíritu Santo guiará la elección del próximo Papa, asegurando que “esta barca seguirá caminando, seguirá llegando a buen puerto, porque el Espíritu sopla en sus velas desplegadas”.

El arzobispo concluyó con una última cita del propio Francisco, que, en su sencillez, lo resume todo: “La esperanza que no defrauda, la esperanza que no declina, es Cristo mismo”.