LA Entretela | Muchos pero uno (una receta asiática sencilla)

El título de la entretela de hoy hace referencia al lema de Indonesia, país asiático, que ha tenido la fortuna de contar con la visita del Papa, durante el mes de septiembre.

Allí, a partir de este lema el Papa ha hecho un interesante alegato a la diversidad y dice “ las diferencias específicas contribuyen a formar un magnífico mosaico, en el que cada pieza es un elemento insustituible en la composición de una obra original y preciosa. Y este es vuestro tesoro, es vuestra mayor riqueza.”

Sostiene el Papa que “La armonía en el respeto a las diferencias se logra cuando cada opinión particular tiene en cuenta las necesidades que son comunes y cuando cada etnia y confesión religiosa actúa con espíritu de fraternidad, persiguiendo el noble objetivo de servir al bien de todos. El ser conscientes de que se está participando en una historia compartida en la que cada uno brinda su propia contribución, y donde la solidaridad de cada cual hacia el conjunto es fundamental, ayuda a identificar las soluciones adecuadas, a evitar la polarización de las diferencias y a transformar la confrontación en colaboración eficaz.”

Esta armonía religiosa ha permitido que en el país, la Mezquita Istiqlal, la más grande de Asia, se haya diseñado por un cristiano, y que esa Mezquita haya motivado que los lugares de culto, se conviertan en espacios de diálogo, “de respeto recíproco, de convivencia armoniosa entre las religiones y las diferentes sensibilidades espirituales” y aunque quizás no sea lo que más haya influido, el Papa resalta la siguiente peculiaridad de la Mezquita Istiqlal, que es que, existe “un túnel subterráneo ―el túnel de la amistad―, que comunica la Mezquita Istiqlal con la Catedral de Santa María de la Asunción.” Este túnel dice el Papa es “ un signo elocuente, que permite que estos dos grandes lugares de culto estén no sólo “uno frente al otro”, sino también “comunicados” entre sí”. Para el Papa, repitiendo las palabras de la Evangelium gaudium, este tunel es la posibilidad real de «descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos […], de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad,en una caravana solidaria, en una santa peregrinación» Porque para el Papa la receta del acercamiento, que todos podemos “cocinar” personalmente, es lo que realmente nos acerca, que no es otra cosa que “crear una conexión entre nuestras diferencias, ocuparnos de cultivar lazos de amistad, de atención, de reciprocidad. Son relaciones en las que cada uno se abre al otro, en los que nos comprometemos a buscar juntos la verdad, aprendiendo de la tradición religiosa del otro; ayudándonos en las necesidades humanas y espirituales. Son vínculos que nos permiten trabajar juntos, caminar unidos en la consecución de algún objetivo, en la defensa de la dignidad del hombre, en la lucha contra la pobreza, en la promoción de la paz. La unidad nace de los vínculos personales de amistad, del respeto recíproco, de la defensa mutua de los espacios y las ideas ajenas.”

Una receta sencilla, cuyos ingredientes están en nuestras despensas personales.

 

María Puy