Aún cuando podemos curar no es suficiente con hacerlo, es necesario acompañar con cuidados integrales a la personas. No solo somos un cuerpo.
Y cuando no podamos curar es necesario, igualmente, cuidar a la persona en todas sus dimensiones. Siempre es posible cuidar y acompañar, siempre. Es fundamental para la buena salud del ser humano, tanto para el que acompaña como para quien es acompañado y su familia.
¿Es tan difícil de entender? Y si lo entendemos, ¿por qué no lo ponemos en práctica? Todavía mucho por hacer en este mundo del cuidado y acompañamiento espiritual a los enfermos y sus familias.
Mi amiga vive ya en el Reino para todos regalado. La Eucaristía de la TVG del Domingo Gaudete, última que celebró desde la habitación de paliativos acompañada de su esposo, ayudó a aliviar su sufrimiento, le acercó al Señor y a toda la comunidad cristiana.
La Eucaristía de la TVG (y de todas las que por los medios se retransmiten) acompaña y cura el alma. Ojalá nadie se vea privado de este servicio.
Susana