La Fundación Galega contra el narcotráfico, altavoz de las víctimas en el Día Internacional contra las Drogas convocado por la ONU

Hoy, 26 de junio, es el Día Internacional contra el uso indebido y tráfico ilícito de drogas, organizado por la ONU, y Galicia volvió a levantar la voz con determinación frente a una de las lacras más persistentes y devastadoras de nuestro tiempo. El acto central, celebrado este año en la ciudad de Pontevedra, volvió a contar con un protagonista ineludible en la lucha contra el narcotráfico en el noroeste peninsular: el sacerdote diocesano Manuel Couceiro Cachaldora, presidente de la Fundación Galega contra o Narcotráfico, quien desde hace décadas representa el rostro de un compromiso social y ético inquebrantable.

Junto a Couceiro, el presidente de la Diputación de Pontevedra, Luis López, leyeron el manifiesto que la Fundación impulsa cada 26 de junio. Se trata de un acto simbólico pero profundamente social, que busca interpelar a las instituciones, alertar a la ciudadanía y promover un cambio urgente en la percepción y tratamiento del problema de las drogas.

Este año, como en otras ocasiones, el evento fue acogido por una institución local —la Diputación de Pontevedra en esta ocasión— que se suma a una larga lista de municipios gallegos comprometidos: Ribadumia, Lugo, Santiago, Vilagarcía, Ferrol, Ribeira, Pobra do Caramiñal, Boiro, Vilanova, A Illa de Arousa… han sido anfitriones de ediciones anteriores.

“Non podemos estar satisfeitos”

El manifiesto no escatimó en gravedad. «Non podemos estar satisfeitos porque a situación é realmente preocupante», leyeron Couceiro y López. Las cifras del tráfico de drogas, según señalaron, están en niveles récord. En España operan actualmente cerca de 500 grupos de crimen organizado. La facilidad con la que hoy se puede adquirir cualquier sustancia, así como el abaratamiento y la disponibilidad de estas, configuran un escenario alarmante.

Pero Couceiro, como ya es costumbre, no se limitó a los datos. Desde su papel como sacerdote y presidente de la Fundación, puso el foco en las consecuencias humanas: jóvenes atrapados en las redes del consumo, familias desestructuradas, comunidades rurales marcadas por la sombra de las mafias, y una sociedad que, a menudo, trivializa el consumo: “Debemos reflexionar como sociedade porque en determinados ámbitos é común o pensamento de que consumir drogas non é tan grave…”

Una voz incómoda, pero necesaria

La figura de Manuel Couceiro Cachaldora representa una singularidad en la lucha contra el narcotráfico: un sacerdote que, desde la parroquia, ha sabido construir una red sólida de denuncia, acompañamiento y presión institucional. A través de la Fundación Galega contra o Narcotráfico, Couceiro ha articulado durante años un discurso coherente, constante y comprometido que incomoda, pero que es profundamente necesario. Su implicación ha sido reconocida incluso en el ámbito judicial y policial.

Su capacidad de movilización ha permitido mantener viva la atención mediática sobre el problema, especialmente en Galicia, una de las comunidades históricamente más golpeadas por el narcotráfico. “Todos temos mozos nas parroquias e todos traballamos con esta lacra desde Cáritas ou outras asociacións”, recordó hoy Couceiro, apelando directamente a la responsabilidad colectiva.

La urgencia de una reacción

El manifiesto subrayó la necesidad de una reacción inmediata. “Actuemos antes de que sexa demasiado tarde”, rezaba uno de los párrafos más directos del texto. Se reclamó el fortalecimiento de los recursos para las Fuerzas de Seguridad del Estado, mejoras legislativas que dificulten la reincidencia de los traficantes, y una inversión firme en prevención y educación.

Además, el manifiesto abordó otra dimensión del problema: el crecimiento de las llamadas adicciones sin sustancia —como el juego patológico o el uso compulsivo de redes sociales—, muchas veces vinculadas al consumo de estupefacientes. La Fundación advirtió sobre el aumento de casos de violencia, acoso escolar y otras formas de daño colateral asociados a estas nuevas formas de adicción.

Pontevedra se suma al compromiso

La elección de Pontevedra como sede del acto no fue casual. La ciudad y su Diputación han mostrado un apoyo explícito a la labor de la Fundación. Luis López, presidente de la Diputación, expresó en su intervención que “non podemos mirar cara outro lado mentres vemos como se esnaquizan vidas enteiras” y subrayó el compromiso institucional con la prevención, la asistencia y la reintegración social de las personas afectadas.

El acto finalizó con un llamamiento conjunto a la ciudadanía: a no banalizar el consumo, a rechazar los discursos de normalización de las drogas, y a trabajar activamente por construir una cultura de prevención, salud y vida digna.

Un futuro en disputa

Galicia sigue siendo uno de los principales puntos de entrada de drogas a Europa. A pesar de los esfuerzos, las mafias se han adaptado, modernizado y diversificado. En este contexto, la labor de personas como Manuel Couceiro Cachaldora se torna esencial. Porque no se trata solo de cifras o decomisos; se trata de valores, de integridad, de la defensa firme de la vida frente a quienes lucran con su destrucción.

Hoy, 26 de junio, el mensaje fue claro: la lucha continúa, y Galicia no está dispuesta a rendirse.

Manuel María G.