La Iglesia del primado de Pedro y el amor eterno

A orillas del lago de Galilea se levanta este templo. Dentro hay una roca natural conocida como “Mensa Christi”, la mesa de Cristo. Según la tradición, ahí preparó Jesús unas brasas para el almuerzo de los discípuloas a la vuelta de la pesca. Al parecer, fue aquí donde le pregunta a Simón, “Pedro, ¿me amas?”, como “deshaciendo” las tres negaciones anteriores del Apóstol. Una vez más, este rincón de la Tierra Santa tiene que ver con el amor y el discipulado. Cristo resucitado vuelve a Galilea, que simboliza nuestra vida cotidiana; y él está ahí. A pesar de nuestras negaciones, él nos acepta siempre. Aunque en el momento de la verdad le hubiese traicionado el amigo más cercano, infinita es su misericordia y su perdón.

Fray Paco