“La originalidad del nuevo Directorio es que centra la evangelización en torno al kerigma”

  • “El gran reto de la Iglesia universal es la transmisión de la fe”.

El profesor de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Juan Carlos Carvajal, pronunció la tercera conferencia del curso de Actualización Teológico-Pastoral que organiza cada año el Instituto Superior Compostelano de Ciencias Religiosas.

La ponencia del profesor Carvajal giró en torno al difícil equilibrio entre el kerigma, el primer anuncio de Cristo, y el acto de comunicar, de hacer resonancia del kerigma, propio de la catequesis. En este sentido, y con un enfoque más pastoral y catequético, amplió las temáticas de la opción kerigmática de la catequesis y la irrenunciable dimensión iniciática de la misma, ya abordadas la semana anterior por mons. Fisichella. Óptica que se recogía claramente en el título de su conferencia: “Catequesis kerigmática y de iniciación: claves para la conversión misionera de la pastoral”. Para fundamentar su tesis, recurrió a la lectura de números del actual y de los anteriores directorios, así como de documentos pontificios y de la Conferencia Episcopal Española.

En su exposición, el profesor Carvajal insistió en que el fin último de toda catequesis, y de toda acción de la Iglesia, es conducir al catecúmeno a una comunión con Jesucristo muerto y resucitado. Entiende que “la catequesis debe confrontar a los cristianos con la persona de Jesucristo. Sólo se es cristiano en el encuentro personal con Cristo”. En este sentido recordó las palabras del papa Benedicto XVI en la Deus caritas est 1.

También destacó el profesor Carvajal Blanco el carácter gradual del proceso catequético, que “siempre está inspirado por el Espíritu Santo”, aspecto recogido en el Directorio en los números 31-37. Afirmó el conferenciante que “siendo fieles al kerigma, hay que ser fieles al carácter procesual de la catequesis. Esa gradualidad debe desembocar en una comunión, en una conversión espiritual, en un identificarse con el propio Cristo vivo y siempre presente.

En su exposición se detuvo de modo especial en el análisis de las etapas de la evangelización, que comienza con el primer anuncio del kerigma en medio del mundo. Esta es una etapa que “busca suscitar el interés por el Evangelio y promover la conversión”. Una segunda fase sería la catequesis kerigmática en sentido estricto. Esta es la “catequesis que se desarrolla en el pre catecumenado para que el simpatizante ofrezca una primera confesión de fe y madure una conversión inicial”. Por último, estaría la necesaria dimensión kerigmática de la catequesis, en la que se profundiza en el kerigma y el catecúmeno descubre que “vale la pena creer”, que la fe, el encuentro con Cristo, implica de un modo único toda la vida de la persona.

Afirmó que el nuevo Directorio está en “continuidad acumulativa” con los dos anteriores, aunque destacó que cada uno de ellos tiene referencias distintas. El Directorio Catequístico General de 1971 tenía como referencia inmediata las enseñanzas del concilio. El Directorio General para la Catequesis de 1997 fue deudor de las exhortaciones Evangelii nuntiandi (1975) del papa Pablo VI y de la Catechesi tradendae (1979) de Juan Pablo II. Estos textos entendían la evangelización de modo global, integral. El nuevo Directorio relee estas exhortaciones a la luz de la Evangelii gaudium (2013) del papa Francisco. La clave ahora radica en la dimensión misionera de la pastoral “en la que el anuncio del Evangelio adquiere la primacía”.

Por último, aseguró que “el gran reto de la Iglesia universal es la transmisión de la fe” y se preguntaba si la fe es posible hoy en la sociedad occidental. En todo caso, afirmó que la Iglesia tiene que transmitir una fe concebida “como respuesta al Dios que se revela como creador, una fe como confianza en el Dios que se revela como misericordioso”. En este sentido recordó que la catequesis no puede formar en el cumplimiento de ritos, sino “iniciar en el misterio de Cristo. Esto implica “pensar como Cristo, estar con Cristo, vivir como vivió Cristo y relacionarse con Dios, a través de la oración, como lo hizo Cristo”.

Ya en el turno de preguntas estableció los cuatro elementos que a su juicio debe tener la catequesis. El primero sería la creación de un “ambiente espiritual”, que es todo lo contrario del ambiente escolar, de mera transmisión de contenidos. La materia de la catequesis ha de ser la vida misma de la Iglesia y no los manuales porque “lo que transmite la fe es el paso de Dios en la vida”. El tercer elemento es que los catequistas “no sean un maestro sino un testigo que transmite una experiencia”. El catequista debe implicarse en la exposición de la fe. Por último, la catequesis no puede estar al margen de la comunidad.

La última conferencia del curso será el miércoles 25 de noviembre a partir de las 19h. Cerrará las jornadas el obispo auxiliar de Barcelona, mons. Antoni Vadell, con la ponencia “Los catequistas “primerean” la catequesis”.

Las cuatro conferencias del curso serán grabadas para que queden a disposición de quienes no hayan podido seguirlas en el horario establecido o deseen visualizarlas de nuevo. Por tanto, las personas interesadas en la catequesis y que aún no se hayan inscrito, pueden hacerlo ahora en el siguiente enlace:

https://itcdesantiago.org/isccr/curso-de-actualizacion-teologico-pastoral.