Como una metáfora del paso de la tristeza del Viernes Santo a la alegría del Domingo de Resurrección, el oscuro período de la pandemia dio paso en Muros a una luminosa jornada en la que los fieles se reencontraron, por fin, con la Palomita […]
Comenzó entonces la narración, y conforme avanzaba, en O Curro da Praza fueron apareciendo las imágenes de la Magdalena, los apóstoles Pedro y Juan y finalmente la Virgen Dolorosa, el momento más esperado por los asistentes.
Un silencio absoluto envolvió la plaza mientras la Palomita, un ángel subido en un globo, la desprendía del manto negro que cubría la imagen de María: «No más luto, reina soberana que ha resucitado vuestro hijo, ¡aleluya, aleluya, aleluya!». Y entonces sí, sonó la música, se lanzaron bombas de palenque y O Curro da Praza estalló en una ovación que llevaba dos años esperando mientras las palomas emprendían el vuelo.
Fuente: La Voz de Galicia