? Memoria de un peregrino: de película

Nunca imaginamos que la ficción pudiera convertirse en realidad de un modo tan fácil. Se sabe que las películas de acción cumplen una función catalizadora de los instintos humanos más agresivos y violentos hacia maneras socialmente abordables. Esa fantasía desahoga y libera parte de la agresividad acumulada. Pero el ser humano quiere ir más allá de sus capacidades, mezclándose con las máquinas, los animales, los genomas, etc.

Mientras la desgracia se cierne sobre el mundo cuando “cae” el whatsapp, los tiroteos cinematográficos o las guerras recreadas en busca del Óscar, dejan paso a las noticias de bombardeos reales, cercanos, crecientes y amenazadores. La realidad virtual apetece porque la otra asusta. Falta un guión sólido antes del “mamporro”. Para dar ejemplo de una alternativa diferente, el Papa se ha inscrito de primero en la JMJ de Lisboa. Alma joven.

Seguro que este mundo está lleno de historias bonitas encerradas en el corazón de personas bellas: las reacciones en Irán buscando “sentidiño” apuntan maneras; el empresario anónimo que sufraga gastos del niño Oliver para que pueda ser operado en Barcelona… Pero no se pueden olvidar las historias normales, costumbristas, cotidianas, discretas, entre pucheros… A Dios le encantan. Las hace suyas, como en su vida oculta. Son de película.

Manuel Á. Blanco