Momento Blanco en Cope: Diario de un peregrino. Auxiliar

Querido diario: “haz el bien por donde fueres”, recomendaban siempre los mayores, acostumbrados a las mil vueltas que da la vida, por si la providencia volvía a unir a quienes se habían topado en el Camino de un modo, a priori, sólo puntual. Algo así sucede con el designado para obispo auxiliar de Santiago Francisco Prieto, uno de los hombres “fuertes”, hasta la fecha, de la diócesis hermana de Ourense, quien comienza una nueva misión. Alguna vez nos habíamos encontrado…

Las palabras de moda para un recibimiento serían algo así como: “Quiero decirte, Paco, que yo creo que vas a disfrutar mucho; es una tarea dura pero también es una tarea agradecida…” Me parece demasiado osado por mi parte; incluso, impropio. Los diocesanos le esperamos con cariño, le acogeremos bien. Eso sí: sabiendo que los retos son amplios y el trabajo nos aguarda. Se intuye, en D. Francisco, a un hombre trabajador, disponible y muy afable, de verbo cálido y fácil conversación.

De mente despejada, con nombre de Papa actual, el futuro Mons. Prieto no es muy alto pero ha coordinado una sección cuyo nombre suena vanguardista en la Iglesia: Vicario de Nueva Evangelización. Sus ojos de ardilla, su voz de doblador de películas y su instinto de prudencia y galeguidade “made in Ourense” le convierten en un colaborador valioso, con mucho que aportar a la amplia labor desplegada por Mons. Barrio en la Archidiócesis. Nos iremos conociendo. Desde la humildad, nuestra cordial bienvenida; nos ponemos también a su disposición.

Manuel Á. Blanco