Momento Blanco, en Cope: El ascensor

María Paramés perdió a su hijo Jose de 17 años el 9 de mayo del 17. Como si de una maldición capicúa se tratase, Jose y su novia Belén cayeron al vacío por el hueco de un ascensor en Madrid. La autopsia certificó la muerte en el acto por politraumatismos. Estudiaban en el colegio Nuestra Señora del Recuerdo, con un futuro tan prometedor como el de otros exalumnos: Alberto Ruiz-Gallardón o Pablo Isla.

Aferrándose a su propia “terapia”, María habla en presente de Jose. Tres cosas le han arropado mucho: saber que su hijo tuvo una vida muy plena. Que el día de su pérdida recuerda haberle dado un abrazo muy fuerte, costumbre habitual que fabricó un recuerdo positivo. Y que su fallecimiento hubiese sucedido 15 días después de confirmarse. “Cuando cayó el ascensor, Dios le recogió y se lo llevó al cielo”, suele precisar ella.

María Paramés, tiene un buen esposo y tres hijos más. Seguro que Jesús ya la ha incluido en su grupo predilecto de huérfanos y viudas, aunque no exista una palabra específica para designar a los padres que pierden un hijo. En realidad, parecía que Jose y Belén iban directos al abismo, pero tal vez hayan ascendido en vez de bajar. No lo entenderemos nunca. Pero, como siempre, una madre dará a luz y las tinieblas huirán.

Manuel Ángel Blanco
(Cope, 9 de noviembre 2018)