El arzobispo de Santiago de Compostela, mons. Julián Barrio, ha hecho público su mensaje para la Cuaresma en la que invita a los diocesanos a reflexionar sobre este tiempo como un camino de preparación a la solemnidad de la Pascua en el que “Dios nos sigue buscando para implicarnos en el proyecto de su Reino llamándonos a la conversión y a creer en el Evangelio”.
El prelado compostelano inicia su Carta pastoral recordando que “la Cuaresma es el desierto metáfora del paraíso perdido, en el que labramos nuestra conversión, venciendo las tentaciones. En ese ámbito hemos de revitalizar el don de nuestra fe, avivar el deseo de Dios”. E invita a todos los diocesanos “a sentir la Iglesia con una actitud agradecida por la transmisión del Evangelio a través de ella, sabiendo que sus problemas son los nuestros”.
Mons. Barrio señala que las raíces de la vida como comunidad cristiana, son mantenerse unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir teniendo los sentimientos propios de Cristo, al tiempo que exhorta a todos los diocesanos ”a sentir la Iglesia con una actitud agradecida por la transmisión del Evangelio a través de ella, sabiendo que sus problemas son los nuestros; a sentir en la Iglesia viéndola como un cuerpo cuyos miembros están al servicio de todo el cuerpo; y a sentir con la Iglesia no convirtiendo nuestro criterio personal en criterio absoluto y poniendo al servicio de los demás los dones recibidos”.
Don Julián afirma en su mensaje que, aunque se tenga la certeza de que “en la misión no va incluido el éxito”, esto no ha de llevar “ni a la indiferencia ni a la pasividad” por lo que no hay excusa para no dar frutos de santidad que glorifiquen a Dios.
El arzobispo recuerda también que el viernes 24 y el sábado 25 de marzo, se celebrarán las 24 horas para el Señor, una Jornada promovida desde el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización e impulsada por el Papa Francisco es una iniciativa centrada en la adoración al Santísimo Sacramento y la recepción del sacramento de la Reconciliación en tiempo de Cuaresma.
Mons. Barrio exhorta a que en las parroquias, en las comunidades religiosas y en los Seminarios se programen momentos de adoración al Santísimo, lectura de la Palabra de Dios y celebraciones penitenciales, pues “en la adoración eucarística encontramos también el sosiego propicio para celebrar el Sacramento de la Reconciliación cuya experiencia nos lleva a ser misericordiosos con los demás”.