- El arzobispo intervino en la asamblea de la Delegación de Apostolado Seglar que prepara el Congreso de Laicos a celebrar en Madrid
El arzobispo, monseñor Julián Barrio, invitó este sábado a los laicos a vivir su compromiso de fe con “espíritu alegre”, animándoles a desempeñar su tarea en la Iglesia como “cooperadores en la tarea evangelizadora” y no como “meros consumidores de actividades eclesiásticas”. El arzobispo pronunció estas palabras en la asamblea convocada por la Delegación de Apostolado Seglar para valorar el itinerario diocesano de preparación al Congreso de Laicos que, con carácter nacional, se celebrará el próximo mes de febrero en Madrid.
En la preparación diocesana para participar en este encuentro de Madrid han trabajado 27 grupos de distintas parroquias y movimientos, que debatieron sobre los temas propuestos para la reflexión. Monseñor Barrio celebró esta dedicación y señaló que después del congreso de Madrid queda pendiente un trabajo amplio de renovación en la Archidiócesis compostelana. En su intervención ante los asistentes a la cita que tuvo lugar en la Casa Diocesana de Ejercicios, don Julián comentó la importancia de “saber hacia dónde se camina” en un entorno nada fácil, tanto en lo cultural, como en lo social o en lo político.
En este ambiente, indicó, “es necesario proclamar la gloria del hombre y advertir de las amenazas a su dignidad”, al tiempo que reclamó volver a Dios no como una forma de “escapismo” sino como oportunidad de volver a la persona. El arzobispo reconoció que “al cristiano se le tolera si transige con la cultura y la ideología dominante” y explicó que “en una sociedad necesitada de Dios y de humanidad verdadera”, el hombre ha de volver su mirada desde Dios hacia el mundo, la familia, el trabajo o la cultura.
El arzobispo comentó, igualmente, que en estos momentos “el Espíritu de Dios está actuando fuertemente en su Iglesia poniéndose de relieve lo que se ha denominado “circularidad de la comunión”. Además, manifestó que los laicos han de vivir su fe de modo evangélico, con fidelidad y con esperanza. “Dios ha hecho de la historia, historia de salvación”, dijo don Julián. Por último, pidió a todos una apuesta decidida por “ser santos”, “santos de la puerta de enfrente, santos de la puerta de al lado”, en clave de sinodalidad y de discernimiento. Para ello recordó el ejemplo de Áquila y Priscila, “que convirtieron su casa en una iglesia doméstica. Os invito a repasar este pasaje de los Hechos”, comentó.
Un trabajo previo
Previamente a la intervención de monseñor Barrio, el delegado de Apostolado Seglar, Javier Porro, había recordado cuáles son los objetivos de la delegación y sus acciones principales para este curso pastoral. Los subdelegados, Francisco Durán y Alfredo Losada, por su parte, informaron de los trabajos preparatorios del congreso de febrero. Expusieron las conclusiones de los 27 grupos de trabajo, destacando tanto los aspectos positivos como las dificultades que los laicos encuentran en su trabajo dentro de la Iglesia. También aludieron a los signos positivos y negativos que los laicos ven en su entorno, en el mundo, así como a las posibilidades de mejorar la formación de los laicos y su presencia dentro de la Iglesia, respondiendo a los desafíos actuales, creciendo en la vida comunitaria y asumiendo corresponsabilidad, al tiempo que aumentando el compromiso en el mundo con su testimonio evangélico.