El arzobispo de Santiago de Compostela inaugura las XVII Jornadas de Teología de la Caridad recordando que “no pueden ser ajenos a la caridad con quienes camina la verdad”
El presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, anima a los participantes “a responder al reto de la economía solidaria, trabajando por un empleo inclusivo, potenciando
las finanzas éticas y haciendo propuestas realistas y competitivas de comercio justo”
En la primera ponencia de las Jornadas, el profesor Enrique Lluch recuerda que “en las relaciones mercantiles el principio de gratuidad y la lógica del don, como expresiones
de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad económica ordinaria”
El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, ha presidido la sesión de apertura de las XVII Jornadas de Teología de la Caridad que organiza Cáritas en la capital gallega y que concluyen el próximo domingo.
“Les acogemos en la caridad –afirmó el prelado compostelano en su saludo a los 350 participantes que acuden a este evento— como los discípulos de Emaús acogieron a Jesús después de haber caminado en su compañía”. “Desde esta ciudad, meta de peregrinación, expresamos el deseo de una sociedad donde la riqueza cultural, la economía y el bienestar social sean patrimonio al servicio de todos, revitalizando las raíces cristianas”, añadió.
Haciéndose eco de la palabra orante que Dante ponía en boca de Beatriz dirigiéndose al Apóstol Santiago, monseñor Barrio declaró: “`Haz que desde aquí resuene la esperanza´, sabiendo que Cristo Resucitado es la nueva esperanza sobrenatural que no anula la natural. El hombre no puede vivir sin esperanza: su vida condenada a la insignificancia, se convertiría en insoportable. El hombre espera en Dios y en él lo espera todo. Pero la esperanza es inseparable del amor solidario. La esperanza se convierte en fuente de amor y de servicio al prójimo”.
“Al celebrar estas Jornadas sobre la Teología de la Caridad –añadió el arzobispo de Santiago— hago memoria de que la existencia ha de comprenderse como don y tarea para el hombre, en la que se defienda la dignidad de la persona como algo sagrado e inviolable, en la que el prójimo sea aquel de quien cada uno se hace responsable y en la que la vida de cada uno se ponga al servicio de los demás”. “Como a los peregrinos, les digo Eultreia (Adelante) Esuseia (Arriba). Bienvenidos”, concluyó.
Mensaje de la CEPS
A continuación tomó la palabra su obispo auxiliar, monseñor Jesús Fernández, para dar lectura al mensaje enviado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social a los participantes en el encuentro. “No se trata sólo de crear más riqueza y repartirla justamente –se afirma en uno de los párrafos—, sino de distribuirla racionalmente con una visión global que incluya, además de la instauración de una nueva mentalidad entre los hombres, los nuevos planteamientos sociales y culturales, la complementariedad, la comunicación, la austeridad, la participación y la solidaridad en el ámbito de la familia humana global”. [SE ADJUNTA ARCHIVO CON EL MENSAJE ÍNTEGRO DE LA C.E.P.S*
Bienvenida del presidente de Cáritas Española
En su primera intervención pública como presidente de Cáritas Española desde su nombramiento el pasado mes de marzo, Manuel Bretón Romero subrayó que “el tema elegido para esta convocatoria, construcción de una economía solidaria, es uno de los temas eje estratégicos del trabajo confederal, junto con otros dos temas de gran trascendencia como son la movilidad humana y el cuidado de la creación”.
Recorriendo el magisterio de los obispos españoles y de los últimos Papas (Pablo VI, Juan Pablo II, Bendicto XVI y Francisco) recordó ”que las estructuras justas son, una condición indispensable para una sociedad justa, pero no nacen ni funcionan sin un consenso moral de la sociedad sobre los valores fundamentales y sobre la necesidad de vivir estos valores. Las estructuras justas han de buscarse y elaborarse a la luz de los valores fundamentales, con todo el empeño de la razón política, económica y social”.
A la luz de los datos sociológicos conocidos, que confirman que durante la época de crisis 2 de cada 3 personas en situación de exclusión provienen de antes de la crisis, Bretón afirmó que estamos ante un “modelo socio económico frágil, incapaz de reducir históricamente la tasa de paro por debajo del 8% o de generar empleo con un alto valor añadido y que, lejos de reducir las desigualdades entre los pueblos y personas, ha contribuido a su aumento”.
Apelando a los principios de la Doctrina Social de la Iglesia que fundamentan los principios éticos de la actividad económica en el mandato de la creación y la Encarnación y redención de Cristo, el presidente de Cáritas aseguró que “nos queda mucho camino por recorrer en la elaboración de una economía que esté verdaderamente al servicio de la persona humana. Por eso, en Cáritas estamos en camino, intentando recuperar palabras como bienestar, equidad, dignidad, desarrollo humano o derechos, que es lo que la opción por un modelo de economía solidaria supone para el conjunto de la confederación Cáritas Española”.
“Nuestro modelo –subrayó— es por encima de todo la persona como el centro de la actividad económica a través de un empleo inclusivo que definimos como acceso a un empleo digno de las personas con más dificultades mediante itinerarios personalizados; una economía social con proyectos que apuestan por la generación de empleo y la creación de empresas de inserción, cooperativas o centros especializados de empleo; un comercio justo que protege y garantiza los derechos de los pequeños productores del Sur y buscan la justicia social en el comercio internacional; unas finanzas que incorporan sistemas de financiación con una dimensión ética, fondos de inversión ético y proyectos de banca ética; y una colaboración con las empresas como agentes de cambio y con propuesta para el cambio a ciudadanos, empresas y administración”.
Manuel Bretón concluyó su intervención en la sesión inaugural explicando la óptica de economía solidaria defendida por Cáritas, que es la que “que permite mirar la economía de manera distinta, con objeto de articular un modelo intrínsecamente vinculado a los derechos humanos, donde la máxima sea el cuidado y respeto de la Creación, el uso sostenible de sus recursos y que defienda un consumo responsable y transformador”.
Ponencia de Enrique Lluch
Bajo el título “Una economía basada en el crecimiento, ¿funciona?”, el profesor de la Universidad San Pablo CEU de Valencia y miembro del Consejo Científico de la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), Enrique Lluch, puso sobre la mesa la constatción de que “la Iglesia sostiene siempre que la actividad económica no debe considerarse antisocial. La Doctrina Social de la Iglesia sostiene que se pueden vivir relaciones auténticamente humanas, de amistad y de sociabilidad, de solidaridad y de reciprocidad, también dentro de la actividad económica y no solamente fuera o `después´ de ella”.
En ese sentido, apuntó al hecho de que “el sector económico no es ni éticamente neutro ni inhumano o antisocial por naturaleza. Es una actividad del hombre y, precisamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada éticamente..”
Para el profesor valenciano, “en las relaciones mercantiles, el principio de gratuidad y la lógica del don, como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad económica ordinaria”. “Esto es una exigencia del hombre en el momento actual, pero también de la razón económica misma. Una exigencia de la caridad y de la verdad al mismo tiempo”, sentenció